—El hombre se encontraba en la entrada de la escalera, a apenas cinco pasos de distancia de ellos, ¡envuelto como si por la misma oscuridad!
—Su cuerpo estaba envuelto en una niebla sombría y oscura, sus ojos eran de un verde turbio brutal y feroz, parecían el Dios de la Muerte regresando del Infierno —pero Wang Zhendong y Caracortada parpadearon, y cuando miraron al hombre de nuevo, la ilusión había desaparecido; en cambio, vieron a un joven en sus veintes, mirándolos con ojos llenos de ira y sed de sangre.
—Wang Zhendong y Caracortada intercambiaron una mirada sorprendida, ambos viendo el pánico en los ojos del otro.
—Si esto era una ilusión, ¿cómo podrían dos personas verla al mismo tiempo? —Solo podía haber una explicación: no era una ilusión.
—Wang Zhendong y Caracortada ambos sintieron que algo estaba mal respecto a Hao Jian, pero finalmente, fue Wang Zhendong quien reunió el valor para enfrentarlo:
—¿Quién te crees que eres, entrometiéndote en nuestros asuntos? —dijo él.