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—Por supuesto, ¿cuándo te he mentido? —Hao Jian frunció el ceño, fingiendo estar disgustado.
—Es Tío —Tongtong, la niña, lo corrigió.
Al oír esto, Hao Jian se exasperó, maldita sea, esta mocosa era tan difícil de tratar.
Hermana Lan también se rió de su inocente expresión, alcanzando para secar las lágrimas de la esquina de sus ojos.
—Está bien, está bien, es Tío —Hao Jian dijo a regañadientes—. Tu papá no ha muerto, solo se fue al Cielo, deberías saber eso, todos tienen que ir al Cielo.
—Entonces, ¿por qué Papá tuvo que irse al Cielo? ¿Ya no quiere a Tongtong? ¿Hice algo malo para enojar a Papá? —Para este punto, los ojos de Tongtong estaban húmedos de nuevo.
—No, fue al Cielo porque Dios lo necesitaba —Hao Jian improvisó.
La expresión de la Hermana Lan también se tornó dudosa, qué clase de explicación era esa.
—Entonces, ¿por qué Dios lo necesita? —Tongtong expresó la confusión de su madre.