—Debido al exceso de orgullo, uno no puede soportar ser segundo de nadie, y por ese mismo orgullo, ¡preferiría ser la cabeza de un pollo que la cola de un fénix!
—Como tú, tengo orgullo, por lo que es imposible que sirva a alguien más. Si te dijera, 'Realmente te admiro, sé mi faldero,' ¿estarías dispuesto?
—¡Cómo te atreves! ¿Quién crees que es nuestra señorita y quién eres tú? ¿Crees que eres digno de tenerla a tu servicio? —Bai Zihui ya estaba furiosa, mirando venenosamente a Hao Jian, como si quisiera devorarlo vivo.
En ese momento, Hao Jian finalmente dirigió su mirada hacia Bai Zihui y, con una sonrisa burlona, dijo —¿Y tú qué sabes de mi identidad? Déjame decirte, con mi estatus, ¡tu señorita ni siquiera está calificada para ser mi faldero!
En los ojos de Bai Zihui y otros, Murong Qiushui podría ser impresionante, pero para este Dios de la Muerte, apenas vale la pena mencionarla.
