Frío…
Todo estaba frío y oscuro…
No sentía mi cuerpo, como si este no existiera, la verdad tal vez debería desesperarme, pero no sé por qué no puedo.
Luego, de lo que tal vez fueron horas, o días, quien sabe.
Volví a sentir mi cuerpo, y lentamente abrí mis ojos.
La vista que me recibió fue un ambiente conocido, y a la vez desconocido, sentí que este lugar lo conocía, pero la verdad, en este momento no podía recordar de dónde.
Me levanté lentamente, y la cama que estaba ya bastante deteriorada, crujió mientras me levantaba hasta quedarme sentado en la cama.
Miré mi cuerpo que estaba cubierto con un pijama de cuerpo completo, y sentí como en mi cabeza, tenía puesto un gorro, no le di mucha importancia, lo tomé con mi mano derecha y lo lancé a un lado, sin importarme donde cayó.
"¿Quién soy?" Le pregunté a la nada en particular, era capaz de recordar muchas cosas, recuerdo leer novelas, recuerdo ver animes, recuerdo jugar videojuegos, recuerdo ver películas, pero no recuerdo… quien soy…
Moví mis piernas fuera de la cama, mientras me quitaba la manta que las cubría, me puse de pie y caminé hasta un espejo, ya que quería ver mi rostro.
Mientras me acercaba al espejo, no pude evitar pensar de nuevo, que este destartalado apartamento, me era muy familiar.
Y al llegar al espejo, y verme de frente, me quedé mudo en el lugar, solo observando mi reflejo por un tiempo.
Me recibieron ojos azules, cabello amarillo con forma de picos, piel blanca y cicatrices en mis mejillas, que las hacían parecer bigotes.
"Soy Naruto…"
Esas palabras cayeron en oídos de nadie mientras usaba las yemas de mis dedos para tocarme suavemente la cara, sobre las marcas de mis bigotes, y sentía claramente las texturas en ellas, y la verdad que son bastante sensibles.
"No me lo creo…"
Inmediatamente, me di un pellizco con todas mis fuerzas en el brazo.
"Ouch…" La familiar sensación de ardor y dolor estaban ahí, así que, si era verdad, ahora soy Naruto.
"¡Maldita sea!" No pude evitar maldecir enojado, si iba a reencarnar no podía ser en un mundo, donde no tuvieran que perseguirme en un par de años, para sacar un bijuu de y dejarme medio muerto en el proceso.
Ya sabía que había reencarnado, no soy capaz de recordar quien soy, pero la verdad en este momento me importa muy poco, ahora soy Naruto Uzumaki, punto final.
Traté de centrarme en mis recuerdos como Naruto, y para mi sorpresa, soy capaz de recordar todo lo que he vivido hasta ahora, pero no hay nada distinto al canon.
Soy el jinchuriki de la aldea, me marginan, me desprecian, al menos nunca han llegado a los golpes, pero muchas ganas no les hicieron falta a los aldeanos.
Tengo 12 años, vivo en la aldea de konoha, en el barrio pobre para ser preciso, mañana comienza mi ultimo año en la academia ninja.
Soy un alborotador, y me la paso haciendo bromas para llamar la atención, ya que estoy tan falto de ella, que prefiero que me griten a que me ignoren.
Del resto, todo es igual.
Me tratan bien el tercer Hokage, la verdad no puedo esperar a que ese anciano decrepito se muera.
Los de Ichiraku, son como mi familia ya que siempre me dan comida y me tratan bien, sin importar que no tenga dinero para pagarles.
Iruka también ha sido amable conmigo…
Y Hinata, si todavía me mira desde las sombras, me aseguraré de que ella no pase por todo lo que tuvo que soportar con el Naruto anterior, lo aprecio y me hizo reír muchas veces, pero la verdad concuerdo en que es un idiota.
Y si, me gusta Hinata, así que ella será futura señora Uzumaki, y supongo que nacerán Boruto e Himawari, pero la verdad, no tengo ningún plan de morir, hasta que cumpla por lo menos 200 años.
Soy Uzumaki, y un Jinchuriki, técnicamente también podría ser inmortal, pero bueno, eso no importa mucho ahora.
"Bien, ya con mi marco general planeado, es hora de enfocarme en el presente" Miré mis manos, y le di una mirada a mi estómago, donde se encontraba sellado Kurama el zorro de las nueve colas.
Tengo un plan de entrenamiento para el futuro, y la verdad, necesito que el coopere conmigo.
Rápidamente regresé a mi cama, me senté con las piernas cruzadas, me relajé por completo y comencé a meditar mientras pensaba en querer entrar al sello.
Todo era silencioso, el único sonido presente en mi pequeño y roto apartamento, era el sonido de respiración.
De repente, sentí mucha paz, y un tirón a mi conciencia, me dejó de pie en otro lugar que no era el apartamento.
Era un drenaje, las tuberías estaban conectadas por aquí y por allá, y el agua me llegaba hasta las rodillas, soy capaz de sentir el agua, pero cuando sacó la pierna de esta, está completamente seca.
"Esto no es agua, lo más probable es que sea chakra" Note a mi alrededor y comencé a caminar en una dirección, mientras los chapoteos y sonidos de tuberías sonaban a mi alrededor.
No se como era capaz de ver todo en este lugar sin una sola fuente de luz a mi alrededor, pero no dejé que eso me detuviera.
El ambiente era lúgubre por completo, pero sin detenerme, caminé por un rato.
Hasta que, de un momento a otro, en lo que parecía el final de un túnel, todo el espacio se expandía por completo, y las tuberías se conectaban por las paredes, hasta que llegaba a una jaula, que estaba cerrada por un papel, que tenía un kanji escrito.
Me acerqué sin miedo a la jaula, y miré hacia la oscuridad del interior.
De repente, dos ojos rojos gigantes se abrieron, eran los ojos de una bestia, y una sonrisa colmilluda se expandió de par en par, dejando al descubierto una hilera de colmillos blancos y muy filosos.
Sentí una respiración caliente estrellarse contra mi cara, era tan fuerte que incluso hizo que mi cabello se moviera un poco, y también me hizo un poco de cosquillas, como cuando un cachorro te respira cerca de la cara.
Pero este era un cachorro muy grande.
"Ningen… no esperaba ver a mi carcelero aquí por un tiempo más" La voz de Kurama era gruesa, y se escuchaba con mal temperamento, lo cual no era algo erróneo.
Muchos tendrían miedo en esta situación, pero la verdad para mí, era otra cosa.
"Que bueno verte, y por fin conocerte en persona Kurama" Dije en un tono amigable, la verdad Kurama era un amigo que de verdad valía la pena tener.
"…" Kurama se quedó en silencio y no dijo nada por unos segundos y luego respondió: "¿Cómo sabes ese nombre ningen?"
La mirada de Kurama se estrechó cautelosamente hacía mí, el sabía que nunca había compartido su nombre con nadie, y los únicos que lo sabían eran sus hermanos bijuu, y el sabio de los seis caminos.
"Es un bonito nombre, el sabio de los seis caminos te lo dio cuando te creó" Me encogí de hombros como si fuera natural que yo supiera eso.
"¿Quién eres tu Naruto Uzumaki?" Kurama preguntó mientras su mirada se centraba en mí, con solo las pocas palabras que dije, se puso alerta.
"Te explicaré algunas cosas, pero primero, este lugar es mi espacio mental, porque mierda es tan deprimente" Dije mirando con asco a mi alrededor, y di un aplauso, que para sorpresa de Kurama se extendió por todo el lugar.
Y bajó la mirada de sorpresa de Kurama, todo el lugar comenzó a agrietarse, hasta que por fin todo se rompió, dando lugar a un nuevo entorno.
Kurama no pudo evitar cerrar los ojos, había estado mucho tiempo en un lugar oscuro y húmedo, lentamente volvió a abrir los ojos, y la vista que lo recibió era algo hermoso.
Era un prado completo, lleno de algunos arboles enormes que incluso parecían llegar al cielo, junto con montañas y con una cascada, que caía desde lo más alto, hacía un estanque formaba un río y otras bifurcaciones del mismo.
Y en lo más alto había un sol, pero no estaba caliente, sino muy cálido en su lugar, como el abrazo de una madre después de tener un mal día.
"¡Mucho mejor!" No pude evitar exclamar mientras sonreía y miraba a mi alrededor, era una vista hermosa, y no era tan deprimente. Miré hacía mi lado, y pude ver a Kurama en todo su esplendor, era enorme, sus nueve colas ondeaban con el viento que parecía ser infinito, ya no había jaula, sino ahora un collar que también tenía el Kanji escrito.
Kurama parecía estar soñando mientras miraba a su alrededor, mientras sentía la brisa suave moviendo su pelaje.
Era una sensación bastante nostálgica, el solía vivir siempre en lugares así mientras estaba libre, y la verdad, como había deseado que esos días volvieran, cuando era libre y no tenía que temer que los encarcelaran dentro de una persona y lo usaran como un arma.
Kurama suspiró, y luego giró su cabeza para ver al humano que tenía a su lado, sin tenerle miedo alguno, por un momento, tuvo un recuerdo que se había perdido hace mucho.
"Se que no es mucho, pero la verdad quiero ser tu amigo, y no voy a tener a mi amigo encerrado en una jaula" Dije encogiéndome de hombros mientras miraba a Kurama con una sonrisa suave, luego caminé hacía una roca en la orilla del agua y era de superficie plana, y me acosté de espaldas, con las manos detrás de mi cabeza para usarlas como almohada, y miré hacía el cielo azul, lleno de nubes que se movían lentamente.
No pude evitar estar de acuerdo con Shikamaru, ver nubes es algo muy genial.
"Me sacaste de la jaula, sabes muy bien que en este momento podría destrozarte, liberarme del sello, y ser libre al igual que antes, ¿Acaso no tienes miedo?" Kurama me preguntó mientras levantaba una ceja.
Supongo que estaba pensando como funcionaba mi circuito cerebral.
"Sabes muy bien, que es mejor estar aquí, que estar allá fuera donde no dudaran en cazarte como una bestia sin sentimientos, luego te pondrán en otro contenedor y seguirás siendo un arma para la guerra" Dije mientras miraba a Kurama, con un poco de lastima, la verdad, si fuera mi decisión lo dejaría libre, para que pudiera hacer lo que él quisiera, pero eso acarrearía muchos problemas.
"Ahí tienes un punto…" Kurama dejó escapar un suspiro cansado, y se recostó en el suelo a mi lado, en la misma orilla del río.
"¿Quieres que hablemos acerca del porque estoy aquí?" Pregunté sin más, no es nada del otro mundo después de todo
"Eres el primer ser humano que llama mi atención, y tengo muchas dudas, así que espero que puedas responder" Kurama me dijo, pero su tono estaba mucho más relajado que antes.
"Bueno, por donde empiezo…" Comencé a pensar una manera que fuera fácil de comprender.
-Un tiempo después-
Salí de mi espacio mental, y aun estaba en el mismo lugar, el mismo apartamento viejo.
Sin dudarlo me recosté en la cama, y preparé para conciliar el sueño.
"Ahora soy Naruto…" Dije a nadie en particular, antes de quedarme dormido profundamente.