Tras haber superado La Carrera del Conocimiento, RamGam, Busorres y Maximum se sintieron más unidos que nunca. El hombre mayor los miró con una sonrisa satisfecha.
—Ahora que han demostrado su conocimiento, es hora de enfrentar su próximo desafío: La Prueba de las Profundidades.
Al pronunciar esas palabras, el entorno cambió rápidamente. Los tres amigos se encontraron al borde de una vasta piscina de agua cristalina que se adentraba en un oscuro laberinto de túneles submarinos.
—En este desafío, deben navegar a través de los túneles y recolectar tres tesoros escondidos.
Busorres sonrió, sintiendo que su habilidad de respirar bajo el agua y controlar el agua podría hacer una gran diferencia.
—¡Vamos! —exclamó, saltando al agua con energía.
Los tres se sumergieron, sintiendo la frescura del agua a su alrededor. En cuanto llegaron al fondo, se encontraron con el primer túnel.
—Recuerden, debemos trabajar en equipo —dijo RamGam—. Busorres, ¿puedes guiarnos?
—Sí, claro. Puedo crear burbujas de aire para que respiren y controlar las corrientes para ayudarlos —respondió Busorres.
Mientras se adentraban en el túnel, Busorres utilizó su poder para crear una burbuja de aire que rodeaba a sus amigos. Respiraron con facilidad, mientras nadaban a través de la oscuridad.
Pronto, se encontraron con el primer obstáculo: una serie de criaturas marinas que bloqueaban el camino.
—¡Hay que apartarlas! —gritó RamGam, preparado para transformarse en lobo ninja.
—Espera, yo puedo ayudar —dijo Busorres. Con un gesto de su mano, controló el agua, creando una corriente suave que llevó a las criaturas lejos de su camino.
Con las criaturas dispersas, siguieron avanzando y pronto llegaron a una cámara iluminada donde brillaba el primer tesoro, una esfera dorada.
—¡Miren! —gritó Maximum—. Pero hay un acertijo.
La esfera flotaba, y un enigma apareció en el aire: "¿Qué siempre avanza, pero nunca retrocede?"
—¡El tiempo! —exclamó Busorres, recordando una conversación con su amigo Elementos.
La esfera se iluminó y se desmaterializó en su mano.
—¡Uno menos! —dijo RamGam, emocionado.
Continuaron hacia el segundo túnel, pero pronto se encontraron con una corriente rápida que amenazaba con separarlos. Busorres concentró su energía, controlando el agua para crear un remanso seguro.
—¡Naden hacia mí! —gritó, mientras guiaba a sus amigos a través de la corriente.
Superaron el obstáculo y llegaron a la siguiente cámara, donde vieron el segundo tesoro, un cofre de madera.
—¡Este parece más complicado! —dijo Maximum, mirando a su alrededor.
Un nuevo enigma apareció: "¿Qué tiene un corazón que no late?"
—¡Una alcachofa! —dijo RamGam, recordando una conversación divertida entre ellos.
El cofre se abrió, revelando el segundo tesoro. Con dos de tres en su poder, la emoción creció entre ellos.
Finalmente, se adentraron en el último túnel. Las paredes estaban cubiertas de algas y sombras que danzaban, creando un ambiente inquietante.
—¡Sigan juntos! —ordenó Busorres.
Al llegar a una gran caverna, encontraron el tercer tesoro: una perla brillante que emanaba luz.
—¡Allí está! —gritó Maximum. Pero una enorme criatura marina se interpuso en su camino.
—¡No puedo controlar a esa criatura! —dijo Busorres, preocupado.
—¡Yo puedo distraerla! —gritó RamGam, transformándose en lobo ninja y corriendo hacia la criatura.
Busorres utilizó su poder para crear un remolino de agua, desorientando a la criatura. RamGam aprovechó el momento para esquivar y llegar hasta la perla.
—¡Ahora, Busorres! ¡Juntos! —gritó Maximum.
Con un último esfuerzo, Busorres usó su control del agua para hacer que la perla flotara hacia ellos, mientras RamGam mantenía a la criatura ocupada. Finalmente, la perla llegó a sus manos.
—¡Lo hicimos! —gritó Busorres, mientras la criatura se alejaba confundida.
Juntos, nadaron de regreso a la superficie, emergiendo victoriosos y llenos de energía. El hombre mayor los esperaba con una sonrisa.
—Felicidades, han superado La Prueba de las Profundidades. No solo han demostrado sus habilidades, sino que también han aprendido a trabajar juntos y confiar el uno en el otro.