Han pasado cinco años desde aquel suceso. No se han registrado más ataques como el que conmocionó a la comunidad, pero algunas personas siguen inquietas, temiendo que la historia se repita.
Escena en el hogar de Fen:
Una voz rompió el silencio de la mañana.
Persona Desconocida:
—Oye, Fen, ¿estás vivo?
Fen abrió los ojos lentamente, desorientado, buscando la fuente de la voz.
Fen:
—¡Aaaah! ¿Me quedé dormido? ¡Hermano, ¿por qué no me despertaste? ¡Sabes que hoy es un día importante!
Tanaka, su hermano mayor, se recargó contra el marco de la puerta, una sonrisa de burla en su rostro.
—Lo intenté varias veces, pero estabas como una piedra. Hasta llegué a pensar que te habías muerto.
Fen:
—¿En serio? Debió de ser por el entrenamiento con el capitán Rowan. Aunque aparenta una edad avanzada, sigue siendo alguien sorprendente.
Tanaka frunció el ceño, sabiendo que el entrenamiento intenso de Fen lo había dejado exhausto.
—Oye, ¿no tenías prisa hace un momento?
Fen:
—Es verdad. Bueno, hermano, te veo en la ceremonia.
Con un movimiento rápido, Fen se levantó y se vistió con la prisa de quien sabe que su destino está a punto de revelarse. Salió apurado hacia la ceremonia, dejando a Tanaka detrás, que solo suspiró.
Tanaka:
—Haa... No ha cambiado en nada desde que era pequeño.
El pueblo estaba reunido en la plaza central, decorada con banderas y luces que ondeaban suavemente con la brisa matutina. Pues claro era la ceremonia de los futuros caballeros sagrados y el quinto año de la catástrofe
Fen se abrió paso entre la multitud, buscando a sus amigos. Las palabras del Capitán Rowan que se preparaba para hablar resonaban en su mente, llenas de significado y promesas. "Hoy celebramos la valentía y la unidad de nuestra comunidad."
Al llegar, encontró a Hana, que sonreía al verlo, su mirada brillante.
—Fen, ¡llegaste justo a tiempo!
Fen:
—Lo sé, lo sé. No me lo recuerdes Hana. ¿Estás lista para escuchar lo que tienen que decir?
Hana:
—Sí, pero también estoy un poco nerviosa por si no me llega a nombrar.
Fen miró hacia el escenario, donde el capitán se preparaba para hablar.
—Claro que te van a mencionar después de todo tu esfuerzo por ser una Caballera Sagrada.
Hana:
-Gracias, ¿Crees que el capitán Rowan hablará sobre las ruinas?
Fen:
- Espero que sí. Aún siento que hay algo que debemos descubrir.
A medida que el Capitán comenzaba su discurso, Fen sintió que una mezcla de nostalgia y curiosidad se apoderaba de él. Sabía que este día marcaría el inicio de algo que cambiaría su vida una vez más.
El Capitán Rowan menciona a las personas que quedaron como futuros Caballeros sagrados entre los cuales estaba Hana, Riku y Sora, sin embargo no mencionó a Fen, él cual estuvo en absoluto silencio, sintiendo cómo la desilusión comenzaba a arraigarse en su pecho.
Cuando el Capitán finalizó su discurso. Hana fue aclamada, su rostro iluminado por la alegría. Fen aplaudió, pero en su corazón había un eco de inseguridad. ¿Qué había hecho mal? Había entrenado con dedicación y había estado a la altura de las expectativas de todos… o eso pensaba.
Mientras la ceremonia continuaba, Fen sintiéndose desilusionado se alejó un poco, sintiendo la necesidad de estar solo. Las risas y celebraciones de las cuales pensó que serían para él y sus amigos se desvanecieron a su alrededor.
Una vez que Fen llegó a su casa lloró sin comprender por qué había pasado eso, pues hizo su mayor esfuerzo, nunca negó alguna clase de entrenamiento ni mucho menos se quejó, pero tal vez no era su destino ser un caballero
Fen (murmurando con lágrimas en sus ojos):
No tengo muchas opciones actualmente, debo de hablar con el Capitán pues sé que hay algo más en esas ruinas, puede que hayan pasado algo por alto o que tal vez hubiera un secreto que no había sido descubierto.
Fen alzando su mano y su voz dice "Yo me encargaré de encontrar la causa de la caída de Aldoria"