Al día siguiente...
Sonidos de que tocan la puerta
Fen:
-hermano ve a ver quién toca la puerta
Sonidos más fuertes del golpeteo a la puerta ¡Fen ya despierta!
Fen al escuchar su voz sabía que era Hana, levantandose un poco desanimado y con sueño abre la puerta encontrando a una Hana tan alegre portando su armadura de caballera sagrada y teniendo una sonrisa tan hermosa y brillante pero también se veía algo preocupada.
Hana:
- Fen ¿estás bien?, lo pregunto porque ayer después de la ceremonia te alejaste sin más, se que no te mencionaron y que te sientas deprimido es comprensible pero ese no es el Fen que conozco
Fen respirando hondo le responde de una manera dudosa a hana
Fen:
-¿Como es él aquel fen que mencionas? Lamento haberte dejado sola en la ceremonia pero no podía estar ahí además supuse que estarías bien si Sora y Riku estaban ahí
Hana (haciendo un puchero, su tono cambia a uno más serio y firme):
—El Fen que conozco no se limitaría simplemente a alejarse porque algo no salió como esperaba. Ese Fen tiene un fuego en el corazón, un sueño que persigue, y no deja que nada lo derribe tan fácilmente.
Fen (bajando la mirada, sintiendo el peso de sus palabras):
—Hana… no es tan sencillo. Vi cómo los demás recibían sus nombramientos, cómo eran reconocidos. A mí… ni siquiera me mencionaron. Es como si todo este tiempo de esfuerzo no hubiera significado nada. (Hace una pausa, dudando). Quizás… simplemente no soy lo que los demás esperan de mí.
Hana (tomando de las manos de fen y con una voz suave pero firme):
—¿Y desde cuándo te importan tanto las expectativas de los demás? El Fen que conozco no entrena para ser reconocido, sino porque cree en algo más grande. Porque siempre logra anteponerse a este tipo de situaciones… y es la razón por la que siempre he creído en ti.
Fen (sorprendido, levanta la mirada y ve la sinceridad en los ojos de Hana):
—¿Realmente piensas eso… después de todo?
Hana (sonriendo cálidamente):
—Siempre lo he pensado. ¿Recuerdas cuando éramos niños?, la gente te insultaba y golpeaba sin embargo seguiste adelante sin decir o hacer alguna acción que cambiara su opinión… cuanto te conocí pensé lo mismo que ellos pero realmente eres alguien amistoso y también valiente. Ese es el Fen que admiro, el que no se rinde.
Fen (se siente un poco avergonzado pero también reconfortado por sus palabras):
—Tal vez… solo me olvidé de eso por un momento. Es fácil perderse cuando todo parece ir en contra.
Hana (algo rojiza muestra una sonrisa tan tranquila):
—Entonces, no vuelvas a perderte. Porque yo estoy aquí para recordártelo, ¿de acuerdo? Y aunque ahora soy partelos caballeros sagrados siempre puedes contar conmigo.
Fen (con una leve sonrisa, recuperando algo de ánimo):
—Gracias, Hana… de verdad.
Hana (satisfecha y soltando las manos de fen da un paso atrás):
—¡Eso es lo que quería escuchar! ¡Oh! debo de irme hasta luego Fen
*hana se despide agitando su brazo*
Fen se quedó mirando la puerta cerrada, sintiendo el peso de las palabras de Hana. La luz del sol comenzaba a filtrarse a través de las ventanas, iluminando la habitación de un modo cálido y reconfortante. Era como si la luz estuviera tratando de ahuyentar la sombra de la duda que había estado acechándolo.
Fen:
-Bueno eso realmente me ayudó, ella es alguien increíble cuando se trata de ayudar a las personas
Con una nueva determinación, decidió que no podía permitir que la decepción lo definiera. "Es hora de iniciar desde cero," pensó. "Unirme al gremio de aventureros podría ser justo lo que necesito."
Cuando finalmente entró al gremio, el bullicio de la actividad lo rodeó. La atmósfera estaba cargada de energía; los aventureros discutían estrategias, compartían historias y se preparaban para enfrentar desafíos. Fen notó a un hombre imponente, que hablaba con una de las trabajadoras del gremio.
Aventurero Desconocido:
—Cada vez hay más reportes de apariciones de bestias nivel Gamma (nivel 3). No hay muchas personas que puedan combatirlas, así que se vuelve un problema.
Trabajadora del Gremio:
—Keith, ¿tu grupo no podría acabar con todos ellos?
Keith:
—Claro que no. A duras penas podríamos con 2 o 3, pero según los reportes son más de 10. Aunque quisiera, no podemos hacerlo solo nosotros… Kaela, ¿no hay otro grupo de nivel 4 o superior que nos pueda ayudar?
Fen, sintiendo que su corazón latía con fuerza ante la oportunidad, se acercó al dúo, interrumpiendo su conversación con una mezcla de nerviosismo y determinación.
Fen:
—Disculpen, pero escuché lo que decían sobre las bestias. ¿Puedo ayudar? Tal vez podría unirme a ustedes en la misión.
Keith lo miró con escepticismo, evaluando su apariencia. "¿Tú? ¿Qué experiencia tienes?"
Fen:
—No tengo mucha experiencia en combate, pero estoy decidido a aprender y dar lo mejor de mí. Sé que puedo ser de utilidad.
Kaela lo observó con interés. "La determinación es importante, pero necesitarás más que eso para enfrentar a esas bestias. ¿Estás dispuesto a arriesgarte?"
Fen, sintiendo la presión de la decisión, asintió con firmeza. "Sí, estoy dispuesto. Quiero demostrar que puedo ser un caballero, aunque no me hayan reconocido aún."
Keith frunció el ceño, dudando. "Está bien. Pero antes de permitirte unirte a nosotros, quiero poner a prueba tu fuerza. Ven conmigo."
Fen, emocionado y nervioso a la vez, lo siguió a una pequeña área de entrenamiento detrás del gremio.
Keith:
—Vamos a ver de qué estás hecho. Lucharás contra mí. No te contengas.
Fen tragó saliva, sintiendo una mezcla de miedo y determinación. "Estoy listo," respondió, mientras se colocaba en posición.
La pelea comenzó. Fen lanzó un golpe rápido con su espada, pero Keith lo esquivó fácilmente, contraatacando con un golpe de su propio puño que hizo que Fen retrocediera. El joven se recuperó rápidamente, intentando cambiar su estrategia, pero cada ataque que lanzaba era contrarrestado con una habilidad y fuerza asombrosas.
Fen:
—¡Es más fuerte de lo que pensaba! (su mente corría, buscando alguna forma de superarlo)
Después de varios intercambios, Fen se encontró en el suelo, respirando con dificultad, mientras Keith lo miraba con una mezcla de respeto y diversión.
Keith:
—Tienes agallas, eso es seguro. Pero necesitas mucho más que eso para enfrentar a las bestias. ¿Sigues interesado en unirte a nosotros?
Fen, aún asombrado por la habilidad de Keith, se levantó lentamente. "Sí, aunque tengo mucho que aprender, no me rendiré."
Keith sonrió levemente, reconociendo la determinación en su voz. "Bien. Esa es la actitud correcta. Puedo enseñarte algunas cosas, pero deberás esforzarte mucho.
Fen sonriendo y con emoción, respondió firmemente "¡Sí, haré lo que sea necesario para aprender de usted!"