El público a su alrededor, viendo la escena comenzaron a murmurar uno tras otro, uniéndose también los que no tenían idea de porque había tanta gente junta intentando saber lo que sucedía, se acercaban a la multitud esperando ver a un artista ambulante, sin la necesidad de preguntar ya que sólo unos pocos lo habían visto.
Algunos tomaron acción inmediata llamando a emergencias e incluso a la policía, otros simplemente quedaron estáticos en su lugar tal vez pensando que no tenían la necesidad de hacerlo.
—911. ¿Cuál es su emergencia? —habló una voz joven por la otra línea telefónica.—En la calle Sídney en el parque hay una chica que esta grave —respondió rápidamente como la situación lo ameritaba—Necesita un doctor urgente —habló de forma apresurada y con voz preocupada. Viendo el cuerpo inerte de la joven con rostro pálido casi sin vida mientras un espeso liquido rojizo empezaba a extenderse bañando el pasto de hedor metálico.—De acuerdo —contestó, se podían oír puertas de carros cerrándose —Iremos de inmediato —respondió y colgó, sonaron los pitidos de llamada finalizada.—¿En qué podemos servirle? —pregunto una voz rasposa.—Hay un incidente en la calle Sídney frente al edificio en ruinas—reportó.Los caza noticias de forma inmediata trataron de recopilar información grabando y entrevistando de forma indirecta a los presentes.
—¿Has visto lo que ha ocurrido? —preguntó un joven.—Al parecer una jovencita se ha tirado del edificio—le respondió otro. Mirando ese rostro cubierto de palidez con sus ojos alzados al inmenso cielo como si soñase despierta o admirase las vistas del inmenso paisaje celeste.Las sirenas no tardaron en escucharse, gritando, anunciando la llegada del apoyo profesional, mientras ella apenas podía mantenerse consciente con sus ojos que estaban desenfocados, sus extremidades se encontraban entumecidas, aunque podía sentir ardor no podía siquiera moverse, los segundos de espera parecían horas, sus ojos querían cerrarse, no distinguía formas, le costaba respirar, sus pulmones ardían rogando por un poco de oxígeno, cada aspiración era casi insoportable.Los paramédicos se dirigieron al cuerpo abriéndose paso entre los curiosos con una camilla, pidieron espacio para poder trabajar sin dejar antes de verificar los puntos vitales presionando levemente el cuello al que inmovilizaron con un cuello cervical, notando las suaves y lentas pulsaciones, hizo que se apresuraran tomando el cuerpo entre cinco paramédicos para no empeorar aún más la situación, para ponerlo en la camilla la cual inmediatamente se tornó rojiza por el vital elemento que en estos caso es más valioso que el oro puro. Se dirigieron a toda prisa al transporte, sin duda tendrían que hacer una gran transfusión de sangre, sin más se dirigieron al hospital.La policía ya había hecho acto de presencia impidiendo a los testigos retirarse, comenzó la interrogación.