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Chapter 6 - Sombras en el Valle (6)

– Ese mortal es increíble, lo tomaré cuando regresemos. ¿Cómo puedo privarlo de mi conocimiento? Finalmente encontré a alguien que aprecia mis palabras, dejaré que escuche y anote cada cosa que digo y pienso para que las comparta por todo…

– Gale.. podrías por una vez, sólo una vez, callarte… – Dijo Mikella con una voz llena de desesperación.

– ¿De qué hablas Mikella? Te has quejado todo el camino, asumo que lo que en realidad pasa es que tienes un problema con algo o alguien pero te estas desquitando conmigo. Déjame adivinar, ¿Es con tu abuelo cierto? Es más que obvio, teniendo en cuenta que…

– ¡Callate! ¡Solo por unos minutos! Ya no lo soporto más, juró que te golpearé y aceptaré cualquier castigo de regreso si es necesario.

– ¿Estaba en lo correcto no es así? Mis deducciones nunca fallan. Sólo necesitas calmarte y tomarte esta misión como unas vacaciones. Mira a Marik, tu hermano es tan tranquilo y calmado, nunca explotaría en ira como tu. Siempre he admirado eso de él, ¿Por qué otra razón seríamos amigos desde pequeños?

– Eso es porque el imbécil puede desconectar su cerebro cuando está contigo. – Replicó Mikella mientras miraba a su hermano que se encontraba inmutado por la situación.

Una carcajada salió de la boca de Gale – ¿De qué hablas? He tenido conversaciones completas con él. Si tuviera su cerebro desconectado ¿Por qué me respondería cuando me quedo callado? 

[Eso es porque solo te callas cuando ríes o comes. Y Marik vuelve a conectar su cerebro con tu risa] Pensó Mikella mientras se preguntaba la razón por la que su abuelo la mando en esta misión con esos dos. Incluso empezó a revisar sus recuerdos en busca de alguna ofensa posible que causó a su abuelo para que la castigara de esa manera.

Un suspiro se escuchó en la habitación, como si el espíritu de alguien bajara nuevamente para tomar posesión de su cuerpo. – Tengo entendido que hace un tiempo un inmortal llegó a este lugar en busca de algo en la biblioteca. Hay una gran posibilidad de que haya estado buscando lo mismo que nosotros.

– Eso es imposible, nosotros la tenemos a ella.

– Lo se Mikella, pero el mundo es inmenso y sus personas misteriosas. Qué te asegura a ti que ella es la mejor, siempre hay alguien mejor que tú. Estaré en la biblioteca, según los recuerdos del sirviente ese hombre se quedó dentro por cinco días y no tomó nada, realizaron un inventario de cada libro luego de su partida y todo estaba igual. Es muy probable que lo que busquemos se encuentre ahí.

– ¡Hermano déjame acompañarte! Seré de gran…

Antes de terminar su oración Mikella vió a su hermano salir rápidamente sin voltear atrás. [¡Ese maldito idiota!] Ella sabía la razón por la que la dejó atrás, no era que no fuera importante, al contrario, le dejó la misión más importante de todas, una por la que todos en su secta matarían con tal de evitar, cuidar a Gale.

– Tu hermano es increíble, luego de todos estos años sigue siendo tan serio y directo. ¿No estás enojada conmigo o si? Si tienes un problema con tu abuelo solo dimelo, mi padre le ordenará que…

Grandes chispas seguidas de un chirrido fuerte salieron del guante de Mikella, sabía que si seguía haciendo esto dañaría su armadura pero era la única forma de tragar su ira y evitar un desastre.

– ¡De cualquier forma! ¿Comida no? Nos ofrecieron comida, iré a ver que cosas comen por aquí.

Con un evidente intento de cambiar de tema, Gale salió de la habitación seguido de Mikella. A pesar de su posición dentro de la secta, su increíble talento y habilidad, en todo el mundo solo existía una cosa que más temía luego de su madre, Mikella. Desde niños ella siempre se ha caracterizado por tener un temperamento volátil, él incluso recuerda la ocasión en la cual cubrió su espada con baba de caracol verde. Para Gale este sería un increíble regalo dado que la baba de caracol verde tenía la propiedad de prenderse fuego al inyectarle un poco de maná, desde su punto de vista no habría mejor cosa para un niño como regalo de cumpleaños. El único problema era que la baba de caracol verde luego de ser aplicada era casi imposible sacarla sin dañar el objeto, además de dejar un olor fétido para siempre.

Para Gale fue un increíble regalo que surgió luego de una noche deduciendo el regalo perfecto, para Mikella fue un recordatorio de que los hombres son idiotas. Al cumplir los cinco años de edad se le permitió a Mikella entrar en la cámara de los tesoros familiares para apreciar su riqueza y escuchar su historia, ahí fue donde encontró la espada y desde ese momento la quiso con toda su alma. Luego de rogarle a su padre este accedió a dársela sólo si completaba su entrenamiento antes de los diez años. Con esfuerzo ella lo logró y durante un año entero este fue su tesoro, una espada de mango azul marino con una guarda que se asemejaba al hielo y una hoja doble color celeste como un cielo despejado. Una espada tan hermosa, que contrario a su apariencia, estaba pensada para utilizarse en conjunto con artes de fuego, esto más la belleza de la espada enamoró a Mikella, soñando durante cuatro años sobre su futuro y cómo se haría un nombre junto a esa espada. 

No fué hasta su décimo cumpleaños que se encontró con un niño lleno de una moco apestoso sosteniendo su hermosa espada cubierta del mismo moco, sonriendo como si fuese el día más feliz de su vida. Al principio ella no supo cómo actuar, estaba en shock total. No fué hasta ver a ese niño prender en fuego el moco verde de su espada utilizando dos piedras que entró en furia. Mikella, al igual que Gale, solo recuerda a su abuelo arrastrándola lejos de una pulpa roja con verde que se encontraba al lado de su difunto amor.

Desde ese momento Gale le posee un profundo miedo a Mikella y ella se juró nunca volver a tocar otra espada en honor a su amor perdido. Normalmente luego de esta interacción Gale y Mikella nunca se volverían a hablar pero el problema es que Gale no es una persona "normal". A los pocos días de la golpiza este apareció junto a su hermano como si nada hubiese pasado, debido al rencor guardado ella lo habría ignorado e incluso golpeado nuevamente pero había aprendido que el estatus de ese niño dentro de la secta era demasiado alto como para hacerlo. Esto más la reprimenda de su abuelo la hizo tragarse el orgullo y la ira, soportando lo más que podía a Gale e interactuando lo menos posible con él. El problema era que por algún motivo siempre se encontraba con Gale, incluso este empezó a convivir con su hermano, un bicho raro que nunca hablaba y parecía estar siempre en otro mundo. ¡¿Por qué de existir un ser que pueda soportar a Gale debe de ser su hermano?!

Sin entender cuál era su problema, Mikella siempre guardó distancia de Gale interactuando lo menos posible con él. Incluso había logrado ser asignada a una isla lejana para su prueba de mayoría de edad. Todo marchaba de forma increíble hasta que hace unos meses su abuelo la llamó informando un cambio sobre su prueba y reasignandola en un nuevo equipo junto con su hermano y Gale. A pesar de oponerse durante días e incluso amenazar con quitarse la vida, solo aceptó luego de que su abuelo le informara los detalles de la misión y su recompensa. Esta había sido dada por la adivina en persona, la mejor adivina en todo el mundo. A pesar que los adivinos son mal vistos e incluso en algunas regiones cazados, cada secta importante en el centro del mundo posee el suyo siendo esto un secreto a voces y la secta a la que pertenecía se había hecho con la mejor de todos.

Aunque los altos cargos de la secta tienen conocimiento de los adivinos, muy pocos saben exáctamente cómo funciona su poder o qué se necesita para volverse uno. Las únicas tres reglas que su abuelo le transmitió sobre ellos fueron primero, que dependiendo de su habilidad estos podrán ver más claro y detallado el futuro. Segundo, esporádicamente visiones sobre sucesos importantes les serán transmitidas a todos los adivinos al mismo tiempo. Y por último, nunca confiar totalmente en uno.

La primer regla va de la mano con la segunda, si los adivinos tienen una visión futura en conjunto esta será más clara y precisa para aquellos con una mejor habilidad, mientras que la última regla no implicaba que estos dieran información falsa, al contrario, por algún motivo estos no podían mentir por lo que se los resguarda en lugares secretos para evitar que filtraran sus predicciones. La última regla se refiere a que algunas veces sus predicciones pueden conllevar a desastres futuros a quienes las siguen. Por este motivo al seguir cualquier predicción de los adivinos uno debe de estar preparado para las consecuencias, algunos incluso lo han llegado a llamar balance del destino dado que al intentar controlarlo favoreciendo tu futuro, el destino intentará balancearlo trayendo desgracias hacia ti.

Según la visión de la adivina, una reliquia de incalculable valor despertará pronto en el mundo. Una reliquia por la que incluso el centro del mundo pelearía a muerte por poseerla. Debido a ser una visión conjunta, era obvio suponer que todas las sectas estarían a la búsqueda de esta reliquia, afortunadamente al tener a la mejor adivina de todos su visión fue acompañada imágenes de un amanecer. Luego de días calculando la posición de las estrellas y el sol según la descripción de la adivina se dedujo que la reliquia aparecería en un lugar cercano al que se encuentran actualmente.

Cualquier persona preguntaría en esta situación. ¿Por qué no preguntan nuevamente a la adivina sobre la ubicación de la reliquia? Incluso ella hizo esa pregunta a su abuelo en su momento, pero su abuelo respondió de forma contundente "Porque hacer adivinaciones sobre una visión en conjunto significa la muerte". Mikella no entendía bien cómo funcionaba la adivinación pero estaba claro para ella que en el mundo existen fuerzas que nadie puede explicar y esta era otra más para agregar a su lista. 

Dada la importancia de la visión, todas las sectas estarían en la búsqueda de este artefacto, espiándose unas a otras con el fin de obtener la mayor cantidad de información y ser los primeros en conseguirlo. Al ser la secta con la mejor adivina, era obvio que ellos tendrían algo que las otras sectas no y según sus informantes esto resultó ser la ubicación del artefacto. Algunas obtuvieron el día de aparición, otros la hora, incluso una obtuvo la forma de la reliquia, lo cual era peligroso dado que podrían interceptar a cualquier persona que intente entrar a su secta, revisar sus bolsos con técnicas secretas y decidir si actuar o no. 

Debido a la sinceridad de la adivina era obvio que se filtraría el hecho de que su secta poseía la forma de encontrar el artefacto, por lo que se tomó una decisión. Se formaría un grupo de expertos que estuvieran dispuestos a dar su vida por la secta para enviarlos lejos y fingir encontrar el artefacto mientras que en secreto y utilizando de excusa la ceremonia de mayoría de edad, se enviaría a un grupo de jóvenes para recuperar el verdadero artefacto. Por supuesto, esto se haría añadiendo otra capa de seguridad haciendo que este grupo parta a una isla designada para sus pruebas de mayoría de edad y una vez dentro estos se teletransportarían hacia otra isla para luego partir hacia su verdadero destino. Incluso si llegaran a interceptarlos nadie sospecharía que una misión tan importante fue dejada a un par de jóvenes. Era una técnica arriesgada pero debido al tiempo y su importancia fué lo mejor que se pudo planear.

Para esto se debían escoger los mejores y más fieles jóvenes en toda la secta por lo que se optó por tres personas, dos jóvenes miembros del clan Meng y el hijo del patriarca de la secta. Para todos pertenecer a un grupo encargado de una misión de tal calibre sería un honor, y fue así a excepción de una persona. Si no fuera porque el abuelo de Mikella le prometió que al completar la misión con éxito sin alertar a nadie arrelaría el asunto con Gale y la enviaría para siempre a la sede Sur del clan para posteriormente cambiar su identidad , muy probablemente Mikella hubiese terminado con su vida en ese instante con tal de evitar semejante tortura.

Para Marik fueron unos días más junto a Gale, para Gale fueron unas vacaciones al lado de su mejor amigo y la persona que más admiraba pero para Mikella fueron los días más duros de toda su vida.

Reasignada sólo podía seguir la espalda de Gale rogando porque este no revelara nada a nadie y esperando no tener que silenciar a ningún mortal de forma innecesaria. Antes de seguir caminando, Mikella escuchó levemente detrás de una pared unas palabras que la alertaron sabiendo que posiblemente significaban el fin de su misión. Quiso alertar a Gale pero al voltear a verlo vió como su mirada y semblante cambiaban de forma drástica, pasando de un muchacho alegre y despreocupado a un ser frío y despiadado. 

Ambos sabían que tales palabras deberían de ser imposibles en esta área de no ser por un evento extraordinario. Luego de un silencio Gale pronunció solo una frase.

– Mina de maná, lo encontramos.