Capitulo 1
EL CHICO DEL TREN
—Hola—
—Mi nombre es David —
— me uni al club de rechazados —
Era diciembre, y la nieve caía suavemente sobre la estación de tren. Yo estaba parado en el andén, mirando las luces del tren que se acercaba. Era un espectáculo hipnótico, las luces que se movían ritmicamente, como si bailaran en la oscuridad. En ese momento, vi a una chica que se sentó junto a mí.
—Hola —dije, sonriendo.
—Hola —respondió ella, sonriendo también.
Tenía el cabello oscuro y los ojos brillantes. Se quitó el abrigo y se sacudió la nieve de los hombros.
—Me llamo Sofía —dijo, extendiendo su mano.
—Yo soy David —repliqué, estrechándosela.
Me contó que venía de un pueblo lejano, donde la nieve era aún más intensa. Me habló de su familia, de sus amigos, de sus sueños. Mientras hablábamos, el tren se alejaba, dejándonos solos en la estación. La nieve seguía cayendo, envolviéndonos en un manto blanco.
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—¿Qué te trae por aquí?—dije.
—Estoy de paso —dijo Sofía—. Me gustó el paisaje y decidí quedarme un rato.
La invite a comer a un pequeño café cerca de la estación, donde servían deliciosas empanadas y café caliente. Sofía aceptó, y mientras caminábamos hacia allí, la nieve seguía cayendo suavemente a nuestro alrededor.
En el café, nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y pedimos nuestros platos. Mientras comíamos, seguíamos hablando y riendo.
—Me encanta la música —dijo Sofía—. ¿Y tú?
—Me gusta leer —dije—. ¿Tienes algún libro favorito?
—Sí, me encanta "El cuaderno de Noah" —respondió Sofía—.
El tiempo pasó volando, y antes de darnos cuenta, habíamos estado hablando durante horas. La nieve había parado de caer, y el sol comenzaba a salir.
—Sofía, me encantaría pasar más tiempo contigo —dije—. ¿Quieres salir conmigo esta noche?
Ella sonrió y aceptó.
Una noche, mientras estábamos en un restaurante, le tomé la mano y le dije:
—Sofía, me gustas mucho.
Ella me miró con una sonrisa leve, pero luego su expresión se transformó en una mezcla de sorpresa y desconcierto.
—Lo siento —dijo suavemente—, pero no siento lo mismo. Me gustas como amigo, pero no veo una conexión romántica entre nosotros.
Su voz fue amable, pero firme, y pude sentir el peso de su rechazo en mi pecho. Me quedé en silencio por un momento, procesando sus palabras, y luego asentí con la cabeza, intentando mostrar que entendía y que no había problema.
—No hay problema —dije, forzando una sonrisa.
La noche siguiente la acompañé de regreso a la estación, y mientras estábamos en el andén, el mismo tren que la había traído a mi vida volvió a aparecer. Sofía se subió al tren y, antes de partir, me miró y dijo:
—Gracias por el tiempo que pasamos juntos. Espero que encuentres lo que buscas.
El tren se alejó, y yo me quedé en el andén, reflexionando sobre la experiencia. Aunque no había funcionado entre nosotros, estaba agradecido por haber conocido a alguien tan especial.
Mientras regresaba a mi casa, la nieve comenzó a caer de nuevo, como si estuviera borrando las huellas de nuestro pasado juntos.
" y esa es mi historia