"Nunca he oído hablar de ellos, ¿qué son los "Ladrones del Dao"?"
Daqing, quien había vivido trescientos años, estudiado en diez academias y viajado a cientos de lugares, habiendo conocido a innumerables discípulos, escuchaba por primera vez este término.
Li Xu la miró con el ceño fruncido y preguntó: "¿Las diez principales academias de la Gran Academia aún no han mencionado esto?"
Daqing sacudió la cabeza: "Nunca lo he escuchado."
Li Xu frunció más el ceño, su rostro se volvió severo: "No sé qué están ocultando la Gran Academia y el Tribunal de Censores. ¿Será que temen provocar el caos? Tiene sentido, si se divulga información sobre los Ladrones del Dao, ciertamente causaría pánico."
Daqing observaba a Li Xu. Era la primera vez que veía a su maestro tan serio, lo que significaba que el asunto era muy grave. Con cautela, preguntó: "Maestro, quiero saber, ¿qué son los Ladrones del Dao?"
Li Xu permaneció en silencio durante un largo rato, bebió un trago de vino y lentamente reveló la verdad.
"En aquel entonces, mi maestro y yo vivíamos en el Templo Daoísta Bu Liang. El Templo Bu Liang era muy pequeño, casi como una cabaña en ruinas."
"Aunque pequeño, era nuestro refugio, donde mi maestro y yo dependíamos el uno del otro."
"Mi maestro era un anciano amable y bondadoso, con una larga barba blanca y algo encorvado. Hablaba mucho, siempre murmurando para sí mismo, pero me trataba muy bien."
"Vivimos juntos en el templo durante unos diez años."
"Un día, dijo que iría a las montañas por dos o tres días y me pidió que me quedara en casa cuidando el templo. Sin embargo, pasaron diez días y no regresaba. Tenía un mal presentimiento, busqué por todas partes y finalmente lo encontré, muerto, cubierto de sangre, entre un montón de rocas."
"Mi maestro era un cultivador en el Reino de la Cuarta Piedad, habiendo superado con éxito su primer Tribulación Celestial. Su objetivo al ir a las montañas era pasar su segunda tribulación."
"En teoría, la segunda tribulación no debería haber sido tan difícil, pero aun así, mi maestro murió."
"Su cuerpo ensangrentado dejó un extraño patrón con las rocas a su alrededor, y su mano señalaba ese patrón. En ese momento, pensé que era solo una coincidencia y no le di mucha importancia, además, estaba muy triste por su muerte, así que no presté más atención."
Esta fue una de las memorias que Li Xu había obtenido al fusionarse con su predecesor.
Un año después de la muerte de su maestro, su predecesor, que ni siquiera había alcanzado el Reino de la Primera Piedad, se dedicó a una rutina intensa de cultivación, deseando alcanzar la iluminación y convertirse en inmortal rápidamente. Pero sus esfuerzos fueron en vano; al final, murió de agotamiento.
El predecesor murió repentinamente, y fue entonces cuando Li Xu llegó a este mundo y fusionó sus recuerdos.
Al recordar la muerte de su maestro, Li Xu sospechó inmediatamente que no había muerto a causa de la tribulación.
Investigó durante dos meses, pero no encontró nada. Nadie conocía el extraño patrón que su maestro había dejado. Al final, abandonó la investigación y comenzó su vida de pereza en el templo.
"Con el tiempo, la memoria de mi maestro se desvaneció, hasta que hace unos años me topé con otro cadáver en lo profundo de las montañas."
"Alrededor del cuerpo, vi el mismo patrón que mi maestro había dejado antes de morir. En ese momento, supe que algo no estaba bien."
"Comencé a atar cabos."
"Con base en las pistas que encontré, hice una suposición audaz: en Daozhou, existe una organización grande y misteriosa. A esta organización la llamo los 'Ladrones del Dao'."
"Los Ladrones del Dao son opuestos a los cultivadores. No necesitan cultivar ni comprender el dao, simplemente roban los frutos del trabajo de los demás y los hacen suyos."
"¿Qué?"
El cerebro de Daqing se quedó en blanco.
"Maestro, ¿quieres decir que en Daozhou hay personas que pueden robar los logros de toda una vida de esfuerzo de otros cultivadores, sin necesidad de comprender el dao ni cultivarse?"
Daqing estaba completamente atónita.
Si este tipo de organización existiera en Daozhou, divulgarlo causaría un terremoto. Los cultivadores vivirían en constante temor, incapaces de dormir, temiendo que un día no volvieran a despertar.
"Sí, mi maestro fue asesinado por los Ladrones del Dao."
Al decir esto, los ojos de Li Xu se llenaron de un odio infinito, sus puños crujían al apretarse mientras decía:
"Y hay otro problema muy grave. Los Ladrones del Dao poseen todo el poder de aquellos a quienes han robado. Eso significa que actualmente hay alguien caminando por el mundo usando el dao de mi maestro, usando la fuerza que le pertenecía."
"Y todavía no he encontrado a esa persona."
La información sobre los Ladrones del Dao era extremadamente limitada.
Li Xu había investigado varias veces, pero sus pistas siempre se interrumpían. Sin embargo, sabía que la organización era extremadamente compleja y que había existido durante al menos doscientos años.
Dos siglos era tiempo suficiente para imaginar hasta dónde habrían llegado.
"Para evitar más víctimas, informé al Gran Censor y al Decano de la Gran Academia sobre esta situación."
El Gran Censor era la autoridad máxima del Tribunal de Censores (encargado de mantener la ley y el orden), y el Decano era la autoridad máxima de la Gran Academia (encargado de la educación).
"Ellos revisaron muchos archivos de muertes inexplicables e insertaron mi hipótesis, lo cual resolvió perfectamente los misterios de muchos discípulos que habían muerto de manera extraña."
"Esto significa que muchas de las muertes y desapariciones misteriosas de cultivadores están relacionadas con los Ladrones del Dao."
"Al menos decenas de miles de personas."
Daqing estaba completamente pasmada, impresionada por lo que escuchaba:
"Si esto se revelara, provocaría el caos en todo el mundo, y los cultivadores no tendrían paz nunca más."
Li Xu respondió: "El caos llegará tarde o temprano. La Gran Academia y el Tribunal de Censores no podrán ocultarlo por mucho tiempo. Parece que tendré que escribirles una carta para invitarles a beber."
El Gran Censor y el Decano de la Gran Academia parecían ser increíblemente perezosos; después de varios años, aún no habían logrado ningún progreso.
A Li Xu no le importaba mucho si se revelaba o no la existencia de los Ladrones del Dao. Lo que le importaba era dónde estaban escondidos. Solo necesitaba saber su ubicación.
Estos Ladrones del Dao no eran solo ladrones.
En realidad, eran criminales, criminales imperdonables, y cada uno de ellos cargaba con una injusticia en sus espaldas.
Daqing miró los ojos enrojecidos de su maestro y preguntó: "Maestro, ¿cómo es ese patrón tan peculiar? Quiero estar atenta."
"Tiene una forma triangular, es extraño. No puedo explicarlo bien. Tráeme un papel y te lo dibujo."
Daqing sacó papel y pluma de su anillo de almacenamiento y se los pasó a su maestro, mientras extendía la mano para acariciarle la cabeza, con una sonrisa en los labios.
Li Xu se quedó perplejo y la miró: "¿Por qué me acaricias la cabeza?"
"Cuando me siento triste, mi madre me acaricia la cabeza. Te veo bastante preocupado..."
Li Xu, sin palabras, le respondió: "Aléjate."
"Ok." Daqing se dio la vuelta, pero no tenía adónde ir, ya que todavía estaban volando sobre la espada.
"Vuelve la cabeza."
Daqing volteó: "Maestro, ¿qué sucede?"
Li Xu comenzó a dibujar el patrón mientras explicaba:
"Tiene una forma similar al carácter '人', con una línea debajo, pero esa línea está cerrada, lo que encierra a la persona. Por eso, los Ladrones del Dao ya no pueden considerarse humanos."
Daqing se rascó la cabeza: "Espero no encontrarme nunca con un Ladrón del Dao en mi vida."
"No te preocupes, no tiene nada que ver contigo. Eres demasiado débil. Los Ladrones del Dao suelen robar a los cultivadores en el Reino de la Cuarta Piedad o superior."
No era una amenaza, pero el comentario fue insultante.
El maestro tenía un don para herir sentimientos con sus palabras.
[Ding... Ding...]
[Hora del sistema: Año 500 del Dao, 8 de septiembre, 10:00:00, miércoles, día soleado, ideal para un funeral.]