En el claro de un bosque, donde la luz del sol se filtraba a través de las copas de los árboles creando un mosaico de sombras en el suelo, me encontraba blandiendo mi espada envuelta en llamas cortando todo a mi alrededor.
El dato referido a que mi espada estaba envuelta en llamas puede sonar algo extraño de cierta forma, pero no es que estuviera exagerando algún hecho de cualquier forma, es que literalmente mi espada estaba envuelta en una llama de color azul que poco a poco iba desgastando mi arma, pero eso no impidió que siguiera cortando todo a mi paso.
Durante el tiempo que había pasado desde que mi maestro se fue solo tuve la oportunidad de seguir entrenando, pero ahora ya no tenía grandes progresos, sino unos pequeños pasos que poco a poco iban reforzando mis habilidades.
Algo importante que había sucedido en ese tiempo es que había adoptado de cierta manera la apariencia de mi maestro, teniendo ahora el cabello blanco y los ojos amarillentos. La única explicación que pude suponer fue que de alguna manera al haber hecho ese ritual con el siendo un no-muerto de alguna manera había afectado a mi cuerpo.
Nunca tuve problemas con los que eran mi 'familia' ya que no me prestaban ni un poco de atención, la mayor parte del tiempo me la pasaba en el bosque cazando o practicando con la espada, solamente yendo a la casa cuando era hora de dormir o tenía algo de sueño, aunque tampoco me molestaba mucho dormir afuera.
Con la partida de mi 'hermano' Erich no tenía ningún motivo por el cual quedarme con esa familia, así que ya estaba pensando en donde quedarme, lo único bueno de ser el último hijo de una familia noble fue que no me prestaron atención, por lo que nunca se interesaban en mi, cosa que hizo que en ningún momento se enteraran de mis cambios físicos.
Si hubiera alguna cosa que quisiera haber hecho en este tiempo que había transcurrido era el hacer una tumba para mi maestro, aunque esto me fue imposible al no tener un cuerpo físico de el, además de que no parecía muy interesado en que le hiciera una tumba.
Hablando de mis planes futuros... supongo que podría venirme bien convertirme en un aventurero, fue algo que hizo mi maestro de joven y no parece haber tenido una mala vida.
Cansado de practicar con mi espada agarré la bolsa que me había regalado mi maestro para meterla y ver como desaparecía en la nada, solamente para nuevamente meter mi mano en la bolsa, apareciendo una lista de las numerosas cosas que había dentro en mi mente, solo para que luego de un segundo sacara de la bolsa un arco con flechas al ya haber memorizado todas las cosas que habían dentro.
Aunque todavía tuviera unos 6 años y mi cuerpo aun no está lo suficientemente desarrollado, pienso que con mi poder mágico podría ser capaz de sobrevivir en este mundo, además de que igualmente en algún momento me botarán, así que mi mejor posible acción sería abandonar el barco antes de que se hunda.
Pensando al lugar donde ir... sería mejor utilizar el hechizo de vuelo. Al pasar por encima de un lugar ya conocido pensé si debería dirigirme a su interior, pero por el momento no me es necesario ingresar a una mina de oro, además de que está bastante protegida para que no sea tan fácil saquear esa mina, sin contar que eso mas adelante me podría servir para practicar hechizos de alquimia, ya que aunque no esté demasiado interesado en el dinero, igualmente es necesario. Esto podría ser muy útil al poder convertir la plata en un mineral tan valioso como el mithril.
Luego de alrededor de 20 minutos de viaje en el aire pasé por encima de una ciudad que se veía bastante bien, por lo que puse los pies en la tierra para entrar como cualquier ciudadano común.
En la entrada de la ciudad me recibieron un par de guardias que registraron mis cosas y me hicieron diversas preguntas acerca de mis precedentes, pero como esto era solo un requerimiento para entrar no tuve ningún problema.
Al pasar por la puerta de entrada mis ojos no pudieron evitar abrirse por el asombro ante el vasto paisaje que se extiende frente a mi. El primer detalle que capturé es el contraste entre el bullicio de la ciudad y la calma de los alrededores. Además de que más allá de las murallas, el horizonte se extiende en un tapiz de campos verdes y colinas suaves. Las tierras agrícolas están salpicadas de pequeños caminos de tierra que se serpentearán entre los campos de trigo dorado y las huertas frondosas, pero al prestar un poco de atención al paisaje podrías ver a los campesinos trabajando diligentemente desde tan temprano, arando la tierra con caballos y burros, mientras otros recogen cosechas bajo el cálido sol, marcando un claro contraste entre el territorio en el que vivo y este.
A medida que me adentraba más en la ciudad, pude escuchar los sonidos vibrantes del mercado que se encuentra en el corazón de la ciudad: el clamor de los comerciantes, el murmullo de las transacciones y el bullicio de la gente que se mueven de un lado a otro. El aroma de pan recién horneado, especias y hierbas se mezcla en el aire, pero todo parecía tan... ¿raro?.
Según mi escaso conocimiento de este mundo supuestamente no debería existir la comida Japonesa ni Occidental, pero ahora como si fuera normal habían montones de comida de mi anterior mundo.
Con un poco de curiosidad me acerque a un puesto que no tenía mucha gente, solamente encontrándose dos hombres charlando animadamente.
''Buenas tardes señor, ¿Qué hay de comer?''
''Hay estofado de carne, sopa de pasta y curry, ¿De donde eres niño?'' me dijo el señor que estaba atendiendo.
''Soy un clérigo y estoy realizando una peregrinación transmitiendo mis creencias, acabo de venir del campo y quisiera saber un poco de la ciudad'' Acaso acaba de describir... ¿Una sopa men?
''¿Sopa men?'' dije sin darme cuenta.
''Si, así es como llamó a este platillo Liselotte-sama, ¿Cómo lo sabías?''
''Solo era un presentimiento, escuche desde muy lejos que es un platillo increíble, solo que no lo conocía como sopa de fideos''
''Así que era eso, es normal ya que nuestra comida es la mejor de todo el continente'' parece que esquivé una bala.
''¿Me podría dar una sopa de fideos porfavor?''
''Claro chico, te lo dejaré a 2 monedas de cobre'' dijo mientras se ponía a cocinar el tendero.
''Parece muy apetitosa la comida de aquí, ¿Podría contarme un poco sobre esta ciudad?'' le pregunté a la persona que estaba sentada a mi lado.
''Claro que si, creo que vivir en Amande es bastante sencillo y aunque es algo pequeña es bastante animada y siempre hay mucha gente por ser una ciudad comercial, además de que casi no existe la pobreza por la forma de como gobierna Liselotte-sama''
''Han estado hablando mucho de la gobernante de la ciudad, ¿Cómo es ella?'' cuando pregunté eso el tendero regresó y me dio mi platillo humeante.
''Lady Liselotte como ya debes suponer es la creadora de todos los platillos fantásticos que servimos en Amande, pero aparte de eso es la hija menor del Duque'' dijo mientras me daba una cuchara y un tenedor.
''¡Lo mejor de todo es que solo tiene 7 años y ya a convertido a Amande en una de las ciudades mas importantes de todo el reino luego de que el Duque Cretia le diera el mando de esta ciudad!'' Su primer comentario por un momento me hizo desviar mi linea de pensamiento, pero pronto volví a escucharlo atentamente
Lamentablemente, luego de eso no pude escuchar mas cosas interesantes, aunque pude enterarme de como era la ciudad antes que tomara las riendas y la buena opinión que tenían los habitantes de esta ciudad por como se comportaba con los demás siendo ella una noble.
''Muchas gracias por la comida'' dije levantándome del asiento y dándoles una reverencia.
''No te preocupes muchacho, mas bien me alegra que no te hayas quemado como los demás aventureros, es que normalmente lo beben como si fuera un tazón con agua, siempre es divertido verlos sufrir JAJAJA'' dijo mientras me daba palmadas en la espalda
Lo que me preocupaba es que no me haya dicho nada de eso desde el principio, pero viéndolo como algo inocente lo deje pasar
''¿Sabe en donde está el Gremio Ricca?, quiero comprar provisiones para poder viajar'' dije mientras le daba 4 monedas de cobre.
''Claro, está en el centro de la ciudad, si vas todo recto verás un edificio grande con columnas de mármol y fachada color celeste''
''¿Es así?, muchas gracias señor'' dije para irme del lugar en dirección al Gremio Ricca.