Al enterarme acerca de la dirección en la que se encontraba el gremio Ricca me dirigí sin esperar ni un solo segundo mas, yendo por el camino que me había señalado el señor del puesto de comida, encontrándome con una gran estructura que se parecía a lo que me había dicho el señor del puesto, solo que no pensé que fuera tan impresionante.
A comparación a las estructuras que había visto hasta el momento en este mundo, no pude evitar asombrarme ante la vista. El edificio estaba principalmente hecho por madera y ladrillos, pero eso hacía que diera cierta aura de clase alta que solo poseían los nobles de alto rango
Al mirar la puerta de entrada, pude notar que ya estaban abiertas por el constante flujo de personas, dando la bienvenida a todos los visitantes y posibles compradores.
Cuando entré y miré los alrededores, vi que habían numerosas vendedoras que iban de un lugar a otro con su cliente como acompañante, además de haber un par de guardias que estaban escondidos.
''Buen día cliente. Bienvenido al gremio Ricca'' dijo una chica que parecía tener mi edad, tenía el cabello azulado y tenía cierto tipo de aura que la hacía resaltar.
''Buen día, vengo en búsqueda de provisiones para un largo viaje'' dije mientras hacía una leve reverencia a mi probable proveedora.
''Le ayudaré con lo que esté buscando, pero antes debe dejar todas sus armas. Es regla de la tienda'' dijo mientras me daba una sonrisa refrescante.
Pensar que incluso se daría cuenta de que llevaba armas... no dejaba que se filtrara ningún sonido al moverme utilizando maná y llevaba ropa holgada para que no se notara ningún bulto. ¿Puede ser por la ropa?.
Había varias posibilidades, pero mis instintos me decían que esta chica era especial, y como nunca me habían fallado, decidí hacer caso.
''Está bien, ¿Puedo estar seguro de que estarán en buenas manos?'' dije mientras comenzaba a retirarme la túnica blanca.
''Por supuesto, en el Gremio Ricca intentamos la mayor comodidad a nuestros clientes'' dijo con la misma sonrisa solemne.
Luego de ese intercambio de palabras procedí a dar todas las armas que llevaba a mano, dejando la espada que normalmente usaba, 4 cuchillos y 1 arco sin ninguna flecha.
''Gracias por su cooperación. Ahora lo llevaré adentro, sígame por favor''
Mientras me dirigía a una habitación separada con ella como mi acompañante, no intercambiamos ninguna palabra, parece que es bastante profesional en su trabajo.
Al parecer ese espacio separado era para potenciales clientes con los cuales se pudiera mantener una conversación en voz baja.
''Por favor, siéntese aquí'' la niña de cabello celeste me ofreció un asiento en un sofá blando de color café, para luego ella sentarse en un sofá opuesto, quedando enfrente de mi. ''¿En que lo puedo ayudar?''
''Me gustaría comprar raciones de comida, me encontré con el puesto de sopa men de un señor y me encantó la comida de esta ciudad''
''Ya veo'' dijo mientras servía un par de tazas de té.
Al darme la mía volvió a su propio lugar para tomar de la suya, pero sucedió algo raro.
Su ojo derecho comenzó a mostrar una luz dorada, lo que hizo que mi cuerpo se endureciera y me pusiera alerta.
Pov ???:
Desde que reencarné tuve la capacidad ver cosas que nadie podía ver. Mis ojos me daban un vistazo de una especie de la 'ventana de estado' en la que fijaba mi mirada.
Con esa habilidad no fue difícil remodelar esta pequeña ciudad en lo que era ahora, ya que al tener los conocimientos de mi vida pasada y la capacidad de reunir a personas talentosas todo fue bastante fácil, pero lo que estaba viendo ahora... no tenía ningún sentido.
Estaba tratando a este cliente como a alguien normal, pero ese aura me había causado algo de curiosidad, por lo que decidí utilizar mi habilidad en el.
Lo que vi fue algo único, algo que no se comparaba en nada a las estadísticas que había visto.
Nombre: Arthur Von Baumeister
Edad: 6 años
Títulos: Elegido de Dios, Genio de la espada, Amado por el maná.
Con solo ver eso no pude evitar quedarme perpleja dejando caer mi taza de té.
''¿Sucede algo señorita?'' dijo el niño con algo de preocupación.
''N-no. Por cierto, mi nombre es Liselotte, Liselotte Creta'' dije mientras chasqueaba los dedos, haciendo que apareciera una chica que limpiara el desastre que hice.
Con la información que acababa de obtener definitivamente tenía que hacer algo, no podía seguir jugando con el nombre de Lotte, tengo que prestarme con mi verdadera identidad.
''¿Creta, como la familia duquesa?. ¿Eres la dueña de esta ciudad, señorita?'' dijo mirándome de arriba a abajo. Esto era normal, ya que llevaba ropa de sirvienta y le hablaba de forma servicial, por lo que era normal su confusión.
''Así es. Se que puede sonar algo extraño decir esto de la nada, pero me gustaría preguntarte. ¿Quisieras ser mi caballero personal?'' dije mientras le daba una sonrisa amable.
Era esencial tener en mi lado bueno a alguien con este talento, si lo tuviera como mi caballero no necesitaría nunca mas de llevar una gran escolta, lo que podría ser mucho mas beneficioso para todos.
Tenía mi misma edad, por lo que sería aun mas fácil acercarme a el. Viendo su ropa y apellido puedo notar que viene de una familia noble, pero si no mal recuerdo la familia Von Baumeister era una familia pobre, por lo que no creo que les importaría darme a un niño tan joven por el precio que tuviera que pagar.
Me pregunto a que alturas podría llegar teniendo tantos atributos siendo tan joven, probablemente esté delante de la persona mas talentosa existente, así que solo podía soñar en que tan fuerte podría llegar a ser cuando sea mayor de edad.
''No creo poder darle una respuesta adecuada''
¿Eh, acaso rechazó directamente la oferta?, debería de ofrecerle algo que pueda interesarle.
''Si es por algún termino no tienes porque preocuparte, puedes pedir lo que quieras'' dije mientras le daba otra sonrisa.
''No es eso, es que me niego rotundamente a levantar mi espada por la ideología de otra persona, es solo por eso que me niego a ser un simple peón''
Ya veo... esto es muy interesante. Parece que tendré que cambiar los términos para que todos seamos felices.