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Chapter 99 - capitulo 99: la Danza del destino

Capítulo 99: El Susurro del Corazón - La Danza del Destino

La noche se cernió sobre la guarida, cargada de una inquietud palpable. Los estudiantes, agrupados en la sala de estar, miraban con tensión la puerta principal. El silencio era ensordecedor, roto solo por el latido acelerado de sus corazones.

Ryeowook, con Ryekook dormido en sus brazos, se apoyó en el hombro de Jungkook. Un temor profundo la atormentaba, un temor que no podía expulsar de su mente.

"Jungkook", susurró Ryeowook, su voz temblaba ligeramente. "¿Crees que realmente volverán?"

Jungkook, con una mirada de determinación, apretó la mano de Ryeowook. "No lo sabemos", dijo Jungkook, su voz era un susurro de esperanza. "Pero estaremos preparados."

Un golpe seco resonó en la puerta principal. El corazón de Ryeowook dio un vuelco.

"Están aquí", dijo Namjoon, su voz era un susurro de furia.

Los estudiantes se pusieron de pie, sus rostros reflejando una mezcla de miedo y determinación.

"No vamos a ceder", dijo Jisoo, su voz era un susurro de rebeldía. "Vamos a luchar por nuestra libertad."

De repente, la puerta se abrió de golpe. Bang Chan, el líder de Stray Kids, entró en la guarida, su rostro era una máscara de odio.

"Hola, mis queridos rebeldes", dijo Bang Chan, su voz era un susurro de desprecio. "He venido a recuperar lo que es mío."

Ah Hyun, la líder de Baby Monster, se acercó con una sonrisa cruel. Detrás de ellos, un ejército de miembros de Stray Kids y Baby Monster invadió la guarida.

"No vamos a dejar que se lleven a Ryekook", gritó Jungkook, su voz era un susurro de furia.

"No vamos a dejar que se lleven a ninguno de nosotros", gritó Namjoon, su voz era un susurro de rebeldía.

La batalla comenzó. Los estudiantes se lanzaron sobre Stray Kids y Baby Monster, sus puños se movían con rapidez y fuerza.

"No vamos a permitir que nos roben la libertad que hemos conquistado", gritaron los estudiantes, sus voces eran un susurro de determinación.

La guarida se convirtió en un campo de batalla, lleno de gritos, puñetazos y patadas. La danza del destino había comenzado.