A toda velocidad, Zhao Susu y Xue Siqi se les encogieron las pupilas, mostrando en sus rostros una conmoción innegable.
Tales escenas solo las habían visto en películas.
Ahora, al presenciarlo en la realidad, les causó un impacto poderoso tanto en su visión como en sus espíritus.
Sin embargo, lo que fue aún más impactante fue que frente al feroz ataque de Chen Bo, Li Qianfan no hizo ningún movimiento para esquivar o contraatacar. En cambio, cerró suavemente los ojos, como un cordero esperando ser sacrificado.
—¿Demasiado asustado para moverse? —dijo Chen Bo con una sonrisa siniestra en los labios.
Mousy y Fatty intercambiaron miradas, sabiendo que una vez envuelto por la Formación, Li Qianfan no tendría poder para contraatacar. Lo que no esperaban era que Li Qianfan pareciera tan débil, careciendo incluso del valor para contraatacar.
¡Poco sabían ellos!