—Qianfan, has crecido tan rápido, alcanzando el sexto nivel del Reino de Refinación de Qi en tan poco tiempo. Con tu fuerza actual, eres considerado un maestro entre los mortales, ¡en verdad no me has decepcionado! —El padre observaba a Li Qianfan, sus ojos llenos de orgullo y alivio.
—Papá, ¿cuándo podré ir a buscarlos a ti y a mamá? —Para muchos, Li Qianfan era una persona alegre y fuerte, pero al ver a su padre, no pudo evitar que sus ojos se enrojecieran, ya que había sido despreciado e ignorado desde que era niño sin padres.
Aunque las personas que lo rodeaban eran todas bastante amables con él, todavía anhelaba ser como otros niños, acurrucándose en el abrazo de sus padres.
En el momento siguiente, Li Qianfan avanzó, queriendo estar más cerca de su padre, pero con cada paso que daba, la figura de su padre se alejaba un paso, manteniendo siempre una distancia de veinte metros.
—¡Papá, no te alejes! —Li Qianfan aceleró y corrió hacia adelante.