Al observar cómo Li Qianfan se alejaba, las cuatro personas responsables se miraron unas a otras, con los ojos llenos de confusión.
—¿De verdad puede el Instructor Li conseguirnos el primer lugar?
Zhang Liang frunció el ceño mientras examinaba sus alrededores. Viendo a los estudiantes de las cuatro clases jadeando intensamente, no pudo evitar quejarse —Claramente nuestras clases no tienen la fortaleza física que tienen otras clases. ¿Cómo podemos posiblemente quedar en primer lugar?
—Sí, creo que si nuestras cuatro clases logran evitar el penúltimo lugar, ya deberíamos estar agradeciendo a nuestra suerte.
Obviamente, Tian Xuefeng tampoco creía en las palabras de Li Qianfan.
—Yo creo en el Instructor Li. Siempre siento que él es diferente de otros hombres —dijo Wu Yue, mirando en la dirección por la que Li Qianfan había marchado. Tras murmurar esto, se volteó y continuó subiendo la montaña.
