—¿Por qué de repente empezaste a sentirte incómodo? —preguntó Wang Fei con confusión.
—Solo llevas lencería, y con esa figura tan perfecta, para un hombre, eso es simplemente veneno. Es como si tuviera un fuego furioso ardiendo dentro de mí. Si continúo el masaje, mi cuerpo definitivamente 'explotará'. —explicó Li Qianfan.
—Pero mi enfermedad aún no está curada —dijo Wang Fei urgentemente, preocupación titilando en sus ojos—. Si paramos ahora, ¿qué pasará con mi enfermedad?
—Después del tratamiento de ahora, tu enfermedad ya ha mejorado en dos tercios. Ya no sentirás el dolor y la picazón —respondió Li Qianfan, tomando una respiración profunda—. Quiero descansar un poco. Quizás podamos encontrar otra oportunidad para continuar el tratamiento más tarde.
