—¡Clang! —Al escuchar el grito de Zhao Susu, el corazón de Li Qianfan dio un vuelco y corrió a la cocina a toda velocidad, atravesando la lluvia torrencial.
En ese momento, Zhao Susu estaba agachada en el suelo, su cuerpo completamente encogido en una bola, temblando incontrolablemente.
—¡Crack! —Otra estruendosa ráfaga de trueno golpeó.
—¡Ah! —Zhao Susu soltó otro grito, su cuerpo temblando aún más violentamente.
Al ver esto, Li Qianfan suspiró aliviado. Pensó que Zhao Susu se había lastimado cocinando, pero resultó que solo estaba asustada por los truenos. En el siguiente momento, se agachó junto a ella y dijo:
—Susu, no temas, Qianfan está aquí a tu lado.
—¡Qianfan, hermano mayor! —Zhao Susu levantó la mirada hacia Li Qianfan, su rostro pálido y sus grandes ojos llorosos viéndose lastimeros, mientras se lanzaba a los brazos de Li Qianfan.