—Lo quiero, ahora, Xiao Fan, dámelo, ámame bien —mientras hablaba, Ye Qing ya había agarrado a Li Qianfan.
Li Qianfan no perdió palabras, e inmediatamente presionó sobre Ye Qing, y pronto comenzó una batalla salvaje.
Tal vez queriendo mostrar sus poderosas capacidades, Li Qianfan no se reservó desde el inicio de la batalla, atacando a Ye Qing furiosamente.
—Hmm~~ Ah... ¡Dios mío, tan satisfactorio! —el rostro de Ye Qing se ruborizó de placer, y de su boca salieron los sonidos dichosos de sus gemidos.
—¡Tan impresionante! —Bai Yusha observó la escena, tragando fuerte, sus ojos llenos de un deseo irreprimible, sintiendo que Li Qianfan ahora parecía aún más formidable que antes.
Después de haber perdido justo un set de maquillaje ante Bai Yusha, Ye Qing todavía se sentía agraviada. Al ver la mirada anhelante de Bai Yusha, deliberadamente gritó aun más fuerte.
—¡Ah ah ah ah...! —Xiao Fan, eres increíble, estoy casi muriéndome de placer.