—Hmm~~
Abrumada por una fuerte sensación de plenitud, Lin Yiren frunció el ceño, su cuerpo entero presionando contra el vidrio. Conforme Li Qianfan avanzaba, ella apretaba los labios firmemente, su bello rostro mostrando una expresión de dolor.
—Despacio... despacio, ¡duele tanto!
Lin Yiren sabía que Li Qianfan era poderoso, pero no esperaba que fuera tan abrumador.
Un simple movimiento hacía que sintiera como si su cuerpo fuera a ser atravesado; era insoportable, y el dolor ardiente, como si la estuvieran desgarrando, la hacía temer que fuera estirada demasiado.
A pesar del dolor, Lin Yiren, que nunca antes había sido satisfecha, no quería que Li Qianfan se detuviera, solo que fuera un poco más lento.
—Está bien, ¡iré más despacio!
Li Qianfan, al oír el temblor en su voz, podía sentir su agonía y, en consecuencia, redujo el ritmo.