—¿Qué has dicho? —Meng Lin, como si no hubiera oído claramente las palabras de Li Qianfan, preguntó de nuevo subconscientemente.
Li Qianfan sabía que su cuñada se sentiría increíblemente decepcionada, pero él también se sentía terrible por dentro. Ya se había quitado los pantalones y estaba a punto de empezar esta intensa batalla, pero entonces ocurrió tal incidente.
—¿Hay algo más incómodo que esto en el mundo?
Sin embargo, por el bien de la vida de su cuñada y para no dañar el Poder de los Términos Solares, esta noche Li Qianfan debe contenerse, y solo después de que el Poder de los Términos Solares madure completamente, podrá consumir a Meng Lin.
—Cuñada, acabo de decir que ¡no podemos tener relaciones! —El tono de Li Qianfan era muy firme.