—Hiss
Una cálida sensación de restricción inundó a Li Qianfan, haciéndole inhalar involuntariamente de manera aguda, su rostro revelando una mirada indiscutible de placer, sintiéndose como si estuviera sumergido en un manantial caliente, trascendiendo tanto cuerpo como alma.
Mirando hacia abajo, vio a Sun Qian, con su pequeña boca abultada, y Li Qianfan sintió un inmenso sentido de logro. Una belleza de primera calidad como Sun Qian era ciertamente el sueño de innumerables hombres, y ahí estaba ella, arrodillada en el suelo y usando sus seductoramente invitantes labios para complacerlo.
Pero pronto, Li Qianfan descubrió algo frustrante.
Debido a la falta de experiencia de Sun Qian, después de tomarlo, no hubo más acción.
De vez en cuando, ella levantaba la cabeza para medir la expresión de Li Qianfan, su adorable apariencia instantáneamente hacía estallar a Li Qianfan en carcajadas.
—¿De qué te ríes? —preguntó Sun Qian con una cara desconcertada.