—Mmm
Una fuerte sensación de plenitud se apoderó de Huang Yuanyuan, tensando su cuerpo mientras dejaba escapar un gemido seductor que derretía el alma.
—No… Qianfan, no hagas esto, sácalo ya.
A pesar de que era placentero, Huang Yuanyuan recordó que estaba casada. Aunque su marido no era amable con ella, aún le resultaba difícil cruzar la barrera emocional de su corazón. Extendió la mano para agarrar la muñeca de Li Qianfan, intentando hacerlo parar. ¿Pero cómo su escasa fuerza podría detener a un poderoso cultivador? Además, Li Qianfan no prestaba atención a las protestas de Huang Yuanyuan, sus ágiles dedos continuaban estimulando su cuerpo.
Parecía que los dedos de Li Qianfan poseían poderes mágicos, pues no mucho después, Huang Yuanyuan dejó de resistirse, su cuerpo quedó lánguido en los brazos de Li Qianfan, permitiendo que sus dedos vagaran libremente.
—Hmm—¡qué cómodo, tan pero tan cómodo!
