Se apresuraron a lavarse y meterse en la cama. Sin embargo, el sueño los eludía esta noche, mitad por el temor de ser emboscados inesperadamente, mientras que la otra mitad se debía al terrible hambre. Aparte de las pocas piezas de galletas por la mañana, solo habían bebido agua para llenar sus estómagos durante todo el día y eso los hacía sentir más incómodos.
—Nian'er —Jin Jiuchi se acostó de lado y miró el exquisito perfil del muñeco de jade—. Anoche me dijiste que es a partir de la cuarta noche que debemos estar precavidos. Esta es la cuarta noche. ¿Crees que pasará algo?
—Definitivamente —no había duda en el tono de Nian al decir esto. Abrió sus ojos y giró la cabeza, solo para quedarse atónito al mirar a los ojos de Jin Jiuchi. ¿Era solo él o... los ojos de este tonto husky parecían brillar más intensamente? Debe ser un truco de la luz. Sacudiendo su cabeza, añadió:
— Ya es raro que la criatura de pesadilla en nuestra habitación no aparezca aparte de la primera noche. Me ha dado una mala sensación, como la calma antes de una feroz tormenta. Quiero decir, solo mira al Viejo Guan y a la Hermana Hong cuyas habitaciones también fueron ocupadas por las criaturas de pesadilla. Ambos están muertos. Después... debería ser nuestro turno.
Aunque Nian dijo eso, menos de diez minutos después, Jin Jiuchi descubrió que su respiración se había vuelto profunda y prolongada. Se había quedado dormido profundamente, como un bebé.
Jin Jiuchi apoyó su cabeza con la palma y soltó una burla divertida —Ten cuidado, dijo él...—. Extendió la mano para pellizcar la adorable pequeña nariz del muñeco de jade. Incluso entonces, este no reaccionó salvo por el fruncir de sus cejas.
Sin embargo, Jin Jiuchi yacía completamente despierto mientras miraba al techo hasta que la aguja horaria del reloj apuntaba a las diez.
Casi inmediatamente, las bombillas de fuera se apagaron una tras otra y las muñecas de papel despertaron de su sueño, tocando su música de celebración que resonaba por todo el apartamento. Jin Jiuchi no tenía idea de si era porque habían terminado de decorar el lugar de la boda, pero la música sonaba especialmente clara y melodiosa esta noche, casi como si una alegre boda estuviese iniciando en ese mismo momento.
De alguna manera, si cerraba los ojos, podía imaginarse el resplandor del vestido de boda de la novia que se arrastraba detrás de ella con cada paso que daba. Seda carmesí cubría todo el apartamento mientras los inquilinos se inclinaban sobre la baranda del corredor para esparcir pétalos de flores en el aire, silbando y cantando junto con la música...
Jin Jiuchi abrió los ojos de golpe, y la escena frente a él cambió abruptamente.
Todavía estaba en la habitación 301, aunque el interior era ahora drásticamente diferente. Un dosel carmesí se cernía sobre las columnas de la cama, y la cama en la que yacía estaba cubierta de sábanas rojas brillantes.
Se incorporó confundido. —Espera, ¿no quitó Nian esas cosas la primera noche que... su voz se apagó cuando giró la cabeza, solo para encontrar que el espacio junto a él estaba vacío.
—¿Nian'er? —Asombrado, Jin Jiuchi se levantó de un salto y miró debajo de la cama para ver si la muñeca de jade se había caído accidentalmente mientras dormía. Pero no encontró a nadie. —¿Nian'er, dónde fuiste?
La mirada de Jin Jiuchi cayó en la vela parpadeante sobre la mesa que emitía un resplandor dorado en un pequeño círculo, iluminando a la persona que había estado sentada allí desde Dios-sabe-cuándo.
La novia estaba vestida en su vestido de seda carmesí adornado con bordados intrincados y diseños ornamentados en oro. Debido al velo rojo que cubría su cabeza, Jin Jiuchi no podía discernir claramente su expresión pero podía decir que ella lo miraba fijamente.
Los ojos de Jin Jiuchi se iluminaron cuando reconoció de quién se trataba. —¡Señorita Zhao! —Se dirigió a la mesa e hizo un gesto alrededor de su torso. —¿Has visto a Nian'er por aquí? Es así de alto, super bonito y adorable, pero oops, claro, ¡la novia es la más hermosa en su día de boda! ¿Te casas hoy, quizás? ¿Has visto el lugar de la boda que decoramos? ¿Cómo está, cómo está? ¡Está bastante bien, si tengo que decirlo! Los demás están esperando algo llamado boletos de regreso. No tendrás algunos de esos por aquí, ¿verdad?
Cuando vio que la novia se quedaba completamente inmóvil sin responder a ninguna de sus preguntas, Jin Jiuchi inclinó la cabeza, confundido. —¿Señorita Zhao...?
Finalmente teniendo la oportunidad de intervenir en medio del largo discurso de Jin Jiuchi, la novia levantó el brazo, la manga sedosa y larga se deslizó por su piel suave mientras señalaba la silla vacía enfrente de la suya.
—Este, no creo que sea muy bueno para mí quedarme aquí mucho tiempo no sea que tu novio regrese más tarde... —Aunque dijo eso, aún así se sentó con cuidado en la silla de madera. Se aclaró la garganta:
— Entonces, ¿has visto a Nian'er por aquí?
La novia aún no hablaba, pero de repente un aroma muy apetecible llegó a la nariz de Jin Jiuchi. Sus ojos se agrandaron cuando bajó la mirada y vio un plato de cacahuetes asados, galletas horneadas y una tetera de té fragante. No habiendo comido todo el día, Jin Jiuchi comenzó a salivar en cuanto sus ojos aterrizaron en la comida:
— ¿Q–Qué significa esto? —levantó la mirada hacia la novia con ojos esperanzados—. ¿Me estás ofreciendo esto? ¿Puedo...?
La novia asintió.
—¡Señorita Zhao...! —Jin Jiuchi estaba tan conmovido que iba a llorar—. ¿¡Cómo puedes ser tan amable?! ¡Eres la mejor novia del mundo! —Las últimas palabras de Jin Jiuchi se ahogaron pues ya estaba devorando las galletas y masticando con las mejillas abultadas—. ¡Hmm, delishcioso!
—Tú… no tienes miedo… de mí… —murmuró ella con palabras entrecortadas, su voz rasposa y desagradable como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que habló.
Jin Jiuchi rompió los cacahuetes y los arrojó a su boca, su mirada sostenía confusión dentro de ella. El significado detrás era claro, ¿Debería?
—A pesar de que... luzco así...? —Sin advertencia, una fuerte brisa pasó en la habitación cerrada y levantó el velo carmesí de su cabeza. La vela parpadeaba salvajemente como si estuviera a punto de apagarse en cualquier momento, y la débil luz cayó sobre el rostro sangriento y horriblemente desfigurado de la novia que parecía como si alguien hubiera usado un arma afilada para cortarla una y otra vez. Sus ojos eran dos agujeros negros aterradores mirando directamente a Jin Jiuchi, mientras que su carne expuesta estaba roja con sus tejidos musculares palpitando y pulsando.
En el siguiente instante, la sangre comenzó a emanar de todo su cuerpo y se acumuló alrededor de sus pies, impregnando todo el cuarto con un espeso olor a metal.
La mandíbula de Jin Jiuchi se desencajó, pero rápidamente la cerró de nuevo por miedo a que la comida cayera de su boca. Masticó y tragó apresuradamente, solo para que la comida se atascara en su garganta. Tosiendo, se apresuró a tomar la pequeña taza de té frente a él y lo bebió de un sorbo, luego soltó un suspiro de alivio.
—Tú... —Jin Jiuchi comenzó a decir, su mirada complicada.
***
Por otro lado, mientras Jin Jiuchi pasaba tiempo de ocio con la criatura de pesadilla, otra escena completamente diferente tenía lugar en la misma habitación.
La silla estaba tumbada; la cama tenía algunas incisiones como si una hoja afilada la hubiera cortado, las sábanas rojas brillantes y el dosel de seda que originalmente estaban en la silla ahora estaban desparramados por el suelo.
En esos momentos, Nian yacía entre la seda revuelta con la cara enrojecida por el esfuerzo, ambas manos presionadas en el suelo junto a su cabeza por el hombre que lo cubría desde arriba - Jin Jiuchi.
Un gruñido bajo resonó en la garganta de Jin Jiuchi mientras se inclinaba hacia adelante y olfateaba el cuello de Nian. Su pecho hacía un ronroneo satisfecho como un depredador complacido con la calidad de la presa que había capturado. Jadeando, Nian intentó golpear el estómago de Jin Jiuchi con la rodilla pero una mano grande sujetó su pierna antes de que pudiera hacerlo, inmovilizándolo al suelo sin posibilidad de escapar.
—¡Recobra el sentido, maldito husky! —Nian dijo entre dientes con las venas marcadas en su frente sudorosa.