—¡E-Espera! —Fatty elevó inmediatamente su protesta—. ¿Cómo es posible que construyamos un oasis con... —contó frenéticamente el número de jugadores presentes, pero en su prisa no consiguió el número exacto y solo pudo conformarse con— ...tan pocas personas, y solo tres días para empezar? ¿Y si no me equivoco, si fallamos, entonces no obtendremos el boleto para salir de este lugar?
Su protesta era razonable, y había expresado los pensamientos ocultos en la mente de los jugadores que no se atrevían a expresar en voz alta. Como dice el refrán, un becerro recién nacido no teme al tigre. Fatty solo podía ser tan expresivo porque no había presenciado por sí mismo lo miserable que realmente era el Ciclo.
¿Y qué si la tarea era casi imposible? Incluso si tenían que arriesgar sus vidas y trabajar hasta los huesos, aún tenían que hacerlo porque esta era la única manera de salir de este lugar!
