Hace media hora.
Antes de que comenzara el ritual de apareamiento de Ariel, Shen Nianzu fue invitado a un edificio donde podría tener la mejor vista, mientras que Jin Jiuchi, Noir y Gu Luoxin fueron llevados hacia la plataforma de observación cerca del lecho marino.
Sin embargo, a mitad de camino, Jin Jiuchi, quien había estado extrañamente silencioso desde el banquete del almuerzo, de repente actuó y dejó inconsciente al guardia que los escoltaba. Se movió tan rápido que ninguno de ellos logró reaccionar. Cuando Gu Luoxin y Noir se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, Jin Jiuchi ya había arrojado al pobre tritón por el canal de agua.
—¿¡Da Shen?! —exclamó horrorizado Gu Luoxin—. ¿Qué estás haciendo?! No me digas... ¿quieres rebelarte? —A menos que su cerebro estuviera roto, ¡recordaba que Shen Nianzu les había advertido hace minutos que no causaran ningún problema!
Jin Jiuchi se burló con desdén. —¿Rebelarme? No. ¿Por qué debería hacerlo?