Oculto entre las nubes oscuras y la neblina difusa, Noir se elevaba en el aire sobre el barco, presenciando la escena del purgatorio donde los PNJ se empujaban y pateaban unos a otros para ser los primeros en abordar los botes salvavidas. Uno tras otro, una docena de botes de color naranja flotaban en la vasta e insondable extensión del mar como diminutos corchos. Un puñado de PNJ, desesperados por escapar del terror de los malditos, se lanzaron imprudentemente a las profundidades tintadas, sus angustiados gritos de ayuda tragados por el abismo despiadado.
Sin que ellos lo supieran, un colosal remolino acechaba ominosamente en la distancia. Su boca abierta parecía una puerta a un reino de otro mundo, emitiendo un aura siniestra y malévola.