—Shen Nianzu se quedó perplejo cuando Noir, Jin Jiuchi y Gu Luoxin negaron con la cabeza en respuesta a su pregunta, igualmente asombrados.
—Jin Jiuchi se metió el dedo en el oído y exclamó alegremente —Bueno, a menos que mis oídos estén rotos, suena como un pájaro roto. Tan pronto como lo dijo, y quizás sintiendo que estaba siendo insultada, Ariel emitió una serie de ruidos ininteligibles desde su boca que, si pudieran ser honestos, realmente sonaban como un pájaro roto.
—Sin embargo, lo que le llegó al oído a Shen Nianzu fue —¿Estás seguro de que ustedes los humanos no tienen malas intenciones contra mí? ¿Entonces por qué ese humano allí me mira con una mirada tan extraña como si… como si me viera como una presa? —gritó a Jin Jiuchi, casi histérica—. ¡Aléjate! ¡Apártate de mí!
—Shen Nianzu: ...
—Más allá de una curiosidad ilimitada, la Princesa Ariel también poseía un agudo instinto de supervivencia. Al instante, supo que Jin Jiuchi quería comérsela. Qué impresionante.
