—Había pura hambre en la manera en que capturaba sus labios, dejándolo hambriento, voraz y sediento por más de su toque. Sus acciones eran descuidadas, ansiosas pero llenas de mando y control.
—Sus manos rodearon su cintura, sus labios firmes. Ella se acercó a él y lo hizo retroceder un paso. Sería un tipo de esposa diferente. No esperaría su decisión. Ella estaba decidiendo. Y había decidido que consumarían, hoy, ahora y no aceptaría ninguna otra respuesta.
—Ella vino hacia él como una tormenta dejándolo desnudo y vulnerable. Su boca hambrienta y caliente, sus pequeñas manos lo sujetaban con fuerza mientras su cuerpo se contorsionaba contra él.
—Él estaba confundido, por un fugaz momento. Culpa por un muy breve segundo pero más que nada estaba hambriento de ella. El deseo entre ellos era abrasador como brasas ardiendo. Su corazón vacilaba pero su cuerpo no conocía control en ese momento.