—Cotlin... ¿Cuánto estás apostando? O ¿debería atreverme a preguntar qué estás apostando? —Los ojos del hombre pasaron de Diana a Cotlin y le mostró una amplia sonrisa como si hubiera entendido un chiste interno.
La risa de Cotlin tenía suavidad. La forma en que incluso un hombre gordo y adulto se sonrojaba al mirarlo demostraba que ella no era la única afectada.
—Estoy pensando en pelear yo mismo en su lugar si cuidas de la dama aquí presente —El hombre se desplazó lentamente hacia Diana como si le hubiera llevado una eternidad comprender quién era la dama. Y cuando lo hizo, pareció sorprendido.