Rip miró alrededor del condominio buscando a la mujer que significaba todo para él, pero no pudo encontrarla para salvar su vida.
Uno tras otro, los zombis recogían a los hombres a su alrededor y los sacaban del condominio. Algunos decidieron tomar las escaleras, mientras que otros optaron por simplemente saltar por la ventana. Pero quienquiera que se acercara a él era despedazado.
No importaba si regeneraban sus extremidades y se clonaban, creando más y más zombis; lo único que importaba era que él continuara destrozándolos una y otra vez hasta que apenas podía mantenerse en pie.
—Eres el Reaver —gruñó un nuevo zombi, entrando por la ventana frente a él.
Rip hizo una pausa y miró a su alrededor, viendo que era el último de los hombres de su Pajarito en la habitación.
Tomando una profunda respiración, se enderezó, dominando al alfa zombi. —Lo soy —dijo, su acento saliendo marcado.