Cuanto más tardaba Rip en llegar a la zona cero, más sentía que su agarre en la realidad cambiaba. Había estado corriendo por los pasillos de los distintos edificios militares, siguiendo a Fan Teng Fei hasta donde habían llevado a su mujer.
Pero con cada paso que daba, los bordes alrededor de su visión empezaban a desdibujarse. Crujiéndose el cuello de un lado a otro, se preguntó cuán ofendido se sentiría el hombre humano si simplemente lo levantara y lo cargara.
—Ella estará bien —gruñó Bin An Sha mientras mantenía fácilmente el ritmo de Rip—. Y averiguaremos quién se la llevó.
—Necesito su sangre —gruñó el Reaver mientras otro eslabón de la cadena que lo mantenía cuerdo se rompía.