Cheng Bo Jing observaba a la niña frente a él, tratando de recomponerse. Todo en él exigía que intentase mejorar la situación para ella, pero, ¿cómo era eso posible? No podía devolver a los muertos.
Pero podía tomar su lugar.
Aún de rodillas, estudiaba a la chica. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar recién, pero tenía más aplomo que la mayoría de los adultos en esta habitación.
—Dime —le preguntó, mirándola fijamente—. ¿Qué necesitas? Lo que realmente quería preguntar era qué podía hacer por ella. Suponía que el caballero mayor detrás de ella estaba cuidando de sus necesidades básicas, pero cuidar de alguien era más que solo atender sus necesidades básicas.
Ella parecía estudiarlo a él con la misma intensidad que él a ella.
—Emancipación —respondió de repente, su pequeño espinazo endureciéndose como si esperara que él la rechazara.