—En el instante en que su piel tocó la mía, no pude evitar jadear.
Tenía razón sobre sus costillas rotas, pero lo que no sabía era que un fragmento de una había logrado perforar su útero. Uno de sus bebés estaba empalado en ella y estaba muriendo rápidamente.
Podía ver su corazón luchando por seguir bombeando mientras su sangre empezaba a mezclarse con el líquido amniótico que lo rodeaba a él y a su gemelo. El hueso blanco contrastaba agudamente con todo lo demás, y pude sentir cómo mi corazón se rompía por ello.
No dispuesta a dejar que algo les sucediera a sus hijos, vertí toda mi energía en ella, sin preocuparme de contener nada.
Rip iba a pelear esta noche, así que no necesitaría curar a ninguno de los luchadores, y las demás chicas podían irse a la mierda.