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Esa noche se pasó escuchando a muchos de los soldados de alrededor exhalar despertándose mientras sus pesadillas se apoderaban de sus mentes inconscientes, y una de esas personas era Leone.
Ella no podía dormir adecuadamente, y solo cuando la rodeábamos y la manteníamos completamente caliente y en nuestros abrazos lograba conciliar el sueño, aunque de manera inquieta.
Toda la noche se pasó escuchando y sintiendo sus escalofríos, dando vueltas y más vueltas en su sueño mientras intentaba descansar.
El resto de nosotros dormimos más bien fácilmente, como de costumbre; claro, Jahi y Anput estaban un poco perturbados por la gente que habían matado, pero...
Honestamente, el día no fue tan malo, y las matanzas no nos afectaron a ninguno de nosotros, aunque podía decir que los otros dos tenían reparos sobre ello por unos momentos.