Punto de vista de Jahi
—Al llegar al Palacio, eché un vistazo a través de las cortinas del interior de la carroza y contemplé la imponente estructura con asombro.
Hecho de una mezcla de piedra negra profunda y oro bruñido, el Palacio estaba tallado en Sanctus Ignacia, enclavado en la corona de esta montaña volcánica.
Acabábamos de llegar a las puertas del Palacio y aún me sorprendía ver que el camino hacia la entrada real estaba a cientos de pies de distancia de nosotros, mientras que una ciudad entera florecía sobre la Capital.
Mirando de reojo a Leone, levanté una ceja mientras preguntaba:
—¿Aquí es donde vivías? ¿Dentro de una ciudad entera destinada solo para ti y tu familia?
La vampiro se sonrojó ligeramente ante aquello, aunque su tía intervino, su voz aún cálida mientras añadía: