Más lenguaje sugestivo en el capítulo, pero no es un lemon, entonces...
Procedan con cuidado, supongo.
Anput nos miró mal a Jahi y a mí, la Chacalina parecía molesta porque la habíamos atrapado entre nuestros cuerpos y la habíamos usado para nuestro propio placer.
Mientras mi pareja me conquistaba con embates dominantes y ásperos, Jahi sonreía mientras colocaba suavemente al Vampiro inconsciente a un lado, posicionándose detrás de Anput y embistiéndola profundamente, haciendo que gritara por la penetración repentina.
Jahi y yo sonreímos ante la expresión inmensamente orgásmica que ella mostraba, y nuestras tendencias sádicas se encendieron en ese momento.
Puede que prefiera que mis parejas dominen y me conviertan en su mascota personal, pero la variedad es el condimento de la vida, y yo soy una excelente cocinera.