—¡ARGGGGG! —Al dejar escapar un grito de ira, Rita liberó un torrente de púas desde su espalda en el instante en que se dio cuenta de que había recuperado el control de sus movimientos.
Saltando hacia atrás para esquivar el ataque repentino, Alice tomó el control, pero al pestañear, una lanza llameante se encontraba a centímetros de perforarle la cabeza.
—¡Está empezando a adaptarse! ¡Necesitamos acabar con esto pronto! —gritó Alyss mientras Alice lograba bloquearla sacrificando su hombro.
—Lo sé —Alice asintió con un ceño fruncido, pues no esperaba que Rita alcanzara esa velocidad tan rápidamente.
Arrancando la lanza, Alice entendió que debía ser el momento en que las cadenas doradas se manifestaron alrededor de sus extremidades, una clara señal de que Alyss había tomado el control.
Entrecerrando la mirada hacia Rita, quien poco a poco se acostumbraba a los controles enredados y se volvía a poner de pie, Alice decidió desatar un último ataque furioso con todo lo que tenían.
