Retrocediendo un paso, Alice comenzó a sudar mientras hacía lo mejor que podía para parar los ataques enviados por las estatuas.
Cada tajo y puñalada de sus armas la hacían retroceder a trompicones.
¡Lo que es más, era que podían utilizar sus poderes hasta cierto punto!
Las dos primeras estatuas potenciaban sus ataques usando el mismo poder de sangre que Alice había manifestado mientras la segunda intentaba limitar sus movimientos usando jaulas de metal.
Ahora que se enfrentaba a oponentes que utilizaban sus poderes, ¡Alice no podía evitar chasquear la lengua de ira!
—No puedo usar ninguna de mis otras habilidades sin el riesgo de que sean 'robadas' también. Hay otras estatuas que están inactivas por ahora y Rita no se ve por ninguna parte —Alice estrechó los ojos, creando un escudo de sangre para desviar el golpe de espada hacia un lado.
Sin embargo, su escudo no pudo resistir ya que la hoja arrancó un pedazo de su brazo.
