—Delantal rosa.
Al escuchar esas dos palabras, Kaden se tensó mientras se atragantaba con su saliva. La comisura de sus labios y sus ojos comenzaron a contraerse mientras miraba hacia abajo a Alice, quien tenía una sonrisa pícara en su rostro.
—Ni siquiera necesito preguntar a dónde desapareciste. No me sorprende que haya sentido algo repugnante tratando de romper la barrera —Kaden golpeó a Alice en la cabeza mientras ella recordaba algo y buscaba la bolsa atada a su cintura.
Cuando se dio la vuelta, Kaden notó un escudo nostálgico, el escudo de Ayr. Una pequeña sonrisa cálida apareció en su rostro antes de ocultarla igual de rápido.
—He traído algo. No estoy seguro de cuánto te gustará ya que… Seguías haciendo bizcocho para tu preciosa Lua~ —Alice se rió mientras Kaden sentía como si fuera a estallarle una vena.
Lo que antes era nostálgico ahora se ha convertido en una fuente de vergüenza.
Sacando un frasco de Hidromiel Ayriano, se lo entregó a él.
