Mirando al caído Luke, quien se retorcía de vez en cuando, Alice no pudo evitar sentir lástima por su estado actual.
Pero es un ritual por el que todos han pasado, ya sea a través de Allura o de Kaden.
El hecho de que su cuerpo todavía pudiera retorcerse era una buena señal, significaba que todavía estaba intacto en cierta medida.
En cuanto a Ria, ella se divertía pinchando sus moretones y heridas. Cada pinchazo hacía que su cuerpo se retorciera y su sonrisa se ensanchaba cada vez más.
—De...mon... —Luke forzó a decir, haciendo que Ria lo pinchara más fuerte.
—Deja de jugar con el niño. Es tu turno ahora. —Kaden llamó mientras se masajeaba el cuello. Iba a ser un poco molesto lidiar con Ria ya que su velocidad era alta, pero no era nada imposible.
Ria, crujiendo sus nudillos, tenía una sonrisa confiada en su rostro mientras se preparaba para enfrentarse a Kaden.