Encontrándose una mesa de operaciones vacía, Alice agarró un asiento y varias herramientas y las colocó junto a ella.
—Primer experimento. Cómo cambia la sangre basándose en la activación de los Sigilos —pensó Alice para sí misma mientras se sentaba y colocaba su mano sobre la mesa.
Atando su brazo, entrecerró los ojos y agarró el bisturí. Sin ninguna duda, se cortó en el brazo, evitando cuidadosamente sus tendones, venas y arterias.
Controlando su sangre para que no se derramara por todas partes, tomó una respiración profunda y cerró los ojos.
Recordando la sensación de la Resonancia de un Sigilo, Alice aprovechó el poder dentro de sí, controlando la energía para que solo su primer Sigilo fuera activado.