A medida que se acercaban a los Boticarios, el aroma de las flores flotaba en el aire, sorprendiendo a Alice. Ella había esperado el fuerte olor de medicamentos o hierro, pero todo lo que podía oler era el aroma de hierbas y botánicos.
La tienda estaba adornada con plantas en macetas y cestas colgantes llenas de hierbas. Desde el exterior, parecía no diferenciarse de las casas residenciales utilizadas por los civiles, pero el gran letrero sobre la puerta y el emblema de madera colgando de cadenas contaban una historia diferente.
Al empujar la puerta, un sonido melódico resonó mientras Alice y Ria entraban.
En el interior, la botica era un amplio espacio abierto dividido en el medio por un mostrador desgastado. El mostrador exhibía una variedad de delicados frascos de vidrio que contenían una miríada de sangre y tinturas. Cada botella estaba etiquetada a mano, detallando los efectos, efectos secundarios, así como el precio del frasco.