—¿¡Por qué volviste!? —gritó Ria, pero Alice la ignoró.
Ella había agarrado un trozo cualquiera de escombros para usarlo como arma por ahora, ya que no podía tocar el fuego directamente.
Presionando contra los escombros, echó su cabeza hacia atrás y bebió toda la sangre en un instante.
!!!
Sintiendo la oleada de poder dentro de su cuerpo, Alice apretó los dientes y escupió el frasco hacia su cara. Saltando hacia atrás, agarró a Ria y comenzó a correr hacia el bosque.
—¿Por qué...?
—¡Cállate! Solo prométeme una cosa. Lo que sea que veas a partir de ahora, será mejor que lo mantengas en secreto —Alice exprimió a través de dientes apretados. Era un poco diferente a lo que ella había esperado. Era como si su cuerpo cambiara desde el interior hacia afuera para adaptarse al poder que había tomado prestado con la sangre.
Cada segundo que pasaba, podía sentir algo moviéndose dentro de su cuerpo, algo que la desgarraba desde adentro hacia afuera.