Con tantos jóvenes Cazadores buscando registrarse en el gremio, Alice y Ria tuvieron que hacer cola durante un buen rato antes de llegar al frente. Su recepcionista es un venerable anciano con cuidadoso cabello gris peinado hacia atrás, un par de lentes y un espeso bigote. Llevaba un traje gris y una corbata adornada con botones plateados.
—Buen día a ustedes, señoritas, ¿en qué puedo ayudarles hoy? —preguntó con una sonrisa mientras apartaba algunos documentos que acababa de manejar.
—Estamos buscando inscribirla para una Licencia de Caza —Ria sonrió mientras hacía un gesto hacia Alice.
—Hm… Ya veo, muy bien. ¿Tiene alguna forma de Identificación a mano? —Asintiendo con la cabeza, Alice sacó la Identificación que Allura había creado para ella y esperaba que funcionara. No sabía las consecuencias de andar con una identificación falsa, pero no tenía muchas ganas de averiguarlo.