Gimiendo suavemente, Alicia se encontró una vez más en el espacio vacío que es su reino mental. Un espacio que compartía con Cayla y al que visitará para obtener su nuevo Sigilo.
Sin embargo, había algo extraño en esta ocasión.
Una sensación fría y siniestra dominaba la mente de Alicia mientras miraba a su alrededor confundida, pero no podía ver nada que estuviera mal.
El ojo que representaba a Cayla todavía faltaba y no había nadie aquí para recibirla.
Extrañamente, las opciones que deberían estar presentes para sus elecciones con respecto al Sigilo también faltaban.
Levantándose, Alicia se sacudió el polvo mientras deambulaba por el reino.
—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Vas a darme mi Sigilo? —llamó Alicia mientras caminaba a un paso tranquilo.
Por más que caminaba, nada cambiaba en este reino.
Silencio.
'¿No podré obtener un Sigilo después de todo?' se preguntaba.
