Karl y los Gólems comenzaron a correr hacia el muro interior, cortando todo lo que se acercara lo suficiente, pero deliberadamente sin matar a objetivos que ya estaban comprometidos, solo inclinando la balanza a favor de los Orcos.
Había una línea defensiva en el muro interior, utilizando [Lanzamiento de Rocas] para alejar a los Orcos de los miembros vulnerables del pueblo.
Pero era ahí donde Karl necesitaba estar. No le importaban en absoluto los ancianos y los niños del pueblo de los Gigantes, estaba allí por los esclavos que podía oler y que había visto encerrados en jaulas a lo largo de este lado del muro.
Los Gigantes parecían saber eso también, y realmente no les importaban los esclavos. Solo eran mano de obra gratuita hasta que se convertían en comida, pero siempre podían conseguir más, y tenían cultivos almacenados.
Mientras no perdieran el pueblo por completo, no extrañarían a los esclavos.
