—¿Qué diablos fue eso? ¿Dónde se fueron? —Dana jadeó mientras un jabalí de cien kilos desaparecía por segunda vez.
—Hay un espacio mental otorgado por mis poderes. Ahí es donde se queda Halcón cuando no está jugando. Puedo almacenar cosas allí, como carne, y no se echa a perder. Solo hay un pequeño problema que he encontrado. Solo la comida puede entrar allí. Intenté meter mis libros de texto, y no funcionó. Pero la carne puede entrar y salir sin problemas —explicó Karl.
—Qué restricción tan extraña. Pero es para tu mascota, ¿verdad? Entonces, tal vez solo las cosas que son buenas para la mascota puedan entrar y salir. ¿Por qué no intentas con un recurso que sabes que él no puede usar más tarde y ver qué pasa? —sugirió Dana.
—Eso es brillante. Quizás la magia del espacio de la bestia me ayudará a aprender qué será lo mejor para Halcón. Intentar encontrar una manera de ayudarlo a avanzar más rápidamente es mi tema actual de estudio, aparte del entrenamiento básico —explicó Karl.
—Me alegra poder ayudar. Pero, ¿no debería haber aparecido alguien ya? Se está acercando la hora del almuerzo, y estas misiones de práctica usualmente solo duran una hora.
—Bueno, técnicamente, nos tienen todo el día. Así que, supongo que no es gran cosa si almorzamos aquí en la casa más cercana. No, olvídalo, escuché de Halcón lo que hay dentro, comamos aquí afuera —Karl encogió de hombros y continuó.
—Dame solo un segundo. Conozco el hechizo para crear una pequeña llama, solo que aún no lo he dominado. No tenemos que hacer fuego de la manera difícil, o buscar en las casas un encendedor de fuego —explicó ella.
El pueblo había sido saqueado por los Duendes, así que lo que encontraran dentro de las casas no iba a ser agradable. Dana conocía las historias sobre las atrocidades de los Duendes, pero realmente no tenía la intención de descubrir de primera mano cómo se veían de cerca.
Tardó tres intentos antes de conseguir que las chispas se formaran y las ramas secas se encendieran, pero después de eso, el fuego comenzó a arder bastante bien, y el dúo esperó a que el calor aumentara para poder comenzar a asar la carne.
—¿Crees que esto podría ser algún tipo de prueba de supervivencia sorpresa? Mañana es día libre, y no tenemos clases durante otro día y medio, así que no habría ningún retraso en nuestro aprendizaje si nos hicieran quedarnos aquí a cazar en un viaje nocturno —sugirió Karl.
—Espero que no. No sé tú, pero yo no traje ningún tipo de equipo de campamento —bromeó Dana.
Había un pueblo entero detrás de ellos, pero sin ningún signo de supervivientes, y sin campo de batalla visible, poder buscar en el pueblo mismo suministros era cuestionable. No había forma de saber cuánto quedaba en el pueblo y cuánto se habían llevado los que huyeron.
—Bueno, si nadie viene por nosotros antes de la cena, tendremos que buscar suministros para pasar la noche. No sé si queremos quedarnos en el pueblo, ya que el pueblo en ruinas atraerá más monstruos en busca de comida.
—Esa es una buena idea. Debemos instalarnos como si estuviéramos esperando una recogida convencional después de una misión. Esa parece la mejor opción, ya que esta clase está destinada a prepararnos para rescates y misiones después de graduarnos. —Dana sugirió.
Los tres se acomodaron alrededor del fuego, esperando el tiempo hasta que la carne estuviera cocida, e ignorando deliberadamente el hecho de que había un pueblo en ruinas y abandonado justo detrás de ellos. Tendrían que enfrentarse al hecho de que numerosas personas probablemente perdieron la vida aquí en el pasado reciente, pero por ahora, se centrarían en su almuerzo y la posibilidad de que no hubieran conseguido todos los monstruos cercanos.
Pero dos horas más tarde, después de haber terminado de comer, y Halcón había registrado el pueblo dos veces, entrando en cada casa abierta para asegurarse de que no había supervivientes u otros monstruos ocultos, pero no había nada. De hecho, había muy pocos cuerpos en absoluto, aunque había bastante sangre en algunas de las casas, según Halcón.
—¿Deberíamos volver al lugar donde empezamos, en medio del pueblo? Quizás haya algún signo allí que nos indique qué se supone que debemos hacer. Siento que deberíamos haber recibido algún mensaje ya, y que tal vez no se suponía que nos enviaran a un pueblo vacío.
Quiero decir, piénsalo. Ambos somos técnicamente de Grado Común, aunque ya soy Despertado en poder máximo. No deberían habernos enviado a lo desconocido sin supervisión durante tanto tiempo, tendría más sentido si estuviéramos aquí para lidiar con los Jabalíes de Colmillo de Hierro.
Tal vez se suponía que alguien debía encontrarse con nosotros aquí, pero se fueron antes de que llegáramos debido al ataque de los Duendes.
—Entonces, ¿crees que alguien debía avisarles que habíamos terminado? Eso tiene algo de sentido, ya que está sancionado por la Academia. Quizás podríamos encontrar algo que nos permita contactarlos? Quiero decir, incluso un teléfono celular serviría, y debería haber una línea fija que funcione en algunos de los edificios. —Dana sugirió.
Karl se levantó, y envió a Halcón de nuevo a explorar el pueblo, en caso de que viniera algo hacia ellos, mientras ellos caminaban de regreso a la plaza del pueblo. Era una sensación escalofriante, ahora que no había nada alrededor y en movimiento. Sin pájaros, roedores, nada en absoluto. El pueblo estaba simplemente completamente silencioso.
Pero había luces encendidas, así que no había sido completamente destruido, solo quedó deshabitado.
Justo como cuando llegaron, el centro del pueblo estaba vacío, pero ahora, Karl no buscaba monstruos, sino señales de que alguien sabía que venían y podría haber dejado un mensaje para ellos.