La carroza mágica de Javir traqueteaba por las calles de Syux, sus caballos espectrales proyectando un resplandor mágicamente apropiado sobre los adoquines de abajo, dadas las circunstancias.
Dentro, Melisa estaba sentada entre Isabella y Cuervo, intentando no centrarse demasiado en cómo todo esto podría convertirse pronto en un desastre.
—Wow, todavía no puedo creer que me dejes ser el centro de atención, por una vez —murmuró Isabella al oído de Melisa.
—Oye, esta es tu invención —respondió Melisa, sonrojándose un poco mientras pasaba un brazo alrededor de Isabella—. Yo solo soy el bonito accesorio morado hoy.
—Precioso accesorio morado que resulta ser el nim más famoso de Syux —intervino Kimiko desde el otro lado del carro, sus pechos saltando con cada bache en el camino—. ¿Has visto las multitudes que ya se están reuniendo?
[... Ella no está equivocada.]
—Gesticuló hacia la ventana donde la gente ya se alineaba en las calles, apuntando y susurrando conforme pasaban.